martes, octubre 07, 2008

DIALOGOS EN BLANCO Y NEGRO

Diálogos en blanco y negro
Daniel Navarro





No fui. Quizás no me atreví. Un autobús en la estación la esperaba. Instaló su mochila y la luz del andén trazó un esquema geométrico de anchos intentos.

Conoció a una persona de la cual no deseo hablar.

Me pidió antes de que fuera a despedirla, que regara sus plantas, leyera sus libros y consumiera los víveres que permanecían en su refrigerador. Me instalé temporalmente en su cuarto. Descubrí que sus flores no estaban vivas, el refrigerador estaba desconectado, no había lectura y en la alacena un par de latas de frijoles eran toda la despensa.

Ella es una persona de quien tampoco deseo –al menos por ahora-- comentar nada.

El cuarto tras la semana de mi permanencia se convirtió en una guarida de gatos ambulantes que mantenían encubierto el único sofá. La cama no pudo soportar tanta ausencia y me despedía cada noche. Entendí su mensaje y compartí siesta junto a las felinas miradas indiferentes.

Detesto los gatos y no quiero expresar mayor detalle acerca de este punto en particular.

Ella regresó al mes y medio con la persona que había sido su compañía en el trayecto. No encontraron ninguna razón para echarme, y le expliqué que había leído toda su biblioteca, y que la alacena estaba surtida de una amplia variedad de alimentos exóticos. Habían perdido sus pertenencias en el viaje, pero en un envoltorio de papel de estraza había un objeto de verde aproximado. Lo sembraron en una maceta de barro, única decoración en un patio desnudo. No pareció verme.

Esto es exactamente lo que deseo explicar.

Cuando ella subió la vi. Acomodé con malicia mis pertenencias para llamar su atención. Me acomodé el cabello justo cuando buscaba un lugar para el trayecto. Cayó en mi espontánea trampa. Iniciamos la charla. El andén iluminado quedó atrás y antes de que amaneciera ya habíamos consolidado una amistad de roca. A pesar de ciertas dificultades de comunicación, las confesiones que habían empezaron a la media noche contribuyeron a nuestra consolidar nuestra incipiente relación.

De temps en temps je suis jaloux des montagnes

Su perfil mirando el horizonte punteaban una melodía de silencio entrecortado. Los vacíos de una carretera sinuosa pronto cortaron el plano horizontal y las luces de los vehículos pronto desaparecieron en frecuencia. La oscuridad no permitía predecir nuestro vaivén. Con visible paciencia y vacilante determinación finalmente mis manos rozaron las de ella. Descubrí que no podía conciliar el sueño y supongo que mis manos calentaron las suyas.

La constancia es algo que permanece en una palabra silenciosa.

Un coro de luciérnagas apareció repentinamente terminando el diálogo en blanco y negro. Cuando amaneció me descubrí encubriendo con disimulo el frío de mi cuerpo entre sus brazos. Me desprendí con suavidad. Despertó entonces y desperezando sus labios, optó por una sonrisa prolongada. Lo recordó supongo, porque me dijo que cumplía sola un sueño previamente compartido. Mantuve el silencio. El ruido sordo del motor repentinamente aceleró y a poco estábamos en el destino, al menos era el mío. Con alivio ayudé a que ella descendiera también. Mis piernas adoloridas reclamaron pero me impuse e iniciamos el trayecto.

Tienda Lonja Mercantil del Valle

“Apenas acababa de abrir cuando se aproximaron dos fuereñas al mostrador. Una de ellas hablaba español (de buen ver), la otra quiénsabe y pa mi gusto media gruñona. Compraron como para un mes. Regateamos por los precios y antes de que se alejaran olieron los frijoles que mi mujer cocinaba. Se instalaron en la mesita que tengo y pidieron hartas tortillas. La francesa quiso un chile verde y a mordidas lo comió, verdá de Dios.”

La ofrenda de los anteojos

Las mujeres siguieron una senda apartada, al lado de una montaña de laja rosada. Los espinosos cactos parecían salvaguardar la entrada a otros universos y fieros disparaban sus dardos a la piel. Una de ellas encontró un arbusto sobre el cual se encontraban harapos, restos de ropa de mujer. Se sentaron para dejar fluir el tiempo, intuyendo alguna especie de señal. Al atardecer, no muy lejos del sitio, encontraron un pequeño peyote, solitario. Lo desenterraron y recolectaron tierra de los alrededores. Para despedirse y agradecer, la francesa quiso dejar algo de ella junto a los jirones que ondeaban en las ramas del viejo huizache. Optó por sus lentes.

Todo es lo mismo, todo es diferente

¿Qué tipo de aventuras me alienta a continuar? Todo inició aquella vez, cuando una extraña bailaba Tai Chi en mi cuarto de hotel. Me hizo adicta a la constante esencia de la no permanencia en ningún lugar por un período prolongado. Me sorprendí cuando al seleccionar pasajeros en autobuses, uno de cada cinco estaba dispuesto a desaparecer de la existencia cotidiana por 45 días. Mi cuarto no tiene mobiliario y el refrigerador está vacío.
No sé si los gatos tienen algo que ver, porque cada vez que regreso a mi cuarto, un gato más se ha unido a la banda.

De pronto supe que los gatos no existen, sólo su sombra.

La francesa me llevó a la estación de autobuses. Nos dijimos adiós, que tenía sabor a ansiedad. No quise voltear mucho ni siquiera cuando me acomodé en el asiento. La virtud de los encuentros casuales es así, y siempre me alcanzaba esta sensación de inexperiencia al volver al inicio.

Ahora me toca a mí. Seleccioné el sitio para recibir a la persona que podría ser compañía por un mes y medio. Me alisé el cabello y saqué un libro de textos de poemas zen.





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Notas y créditos
“De pronto supe que los gatos no existen” es parte de un Haikú. Véase “El universo en un sombrero” por Norberto de la Torre. Texto Sentido. www.textosentido.org/textosentido/resenas/delatorre.html

“Todo es lo mismo, todo es diferente” es un proverbio zen.

“De temps en temps je suis jaloux des montagnes”. A veces siento celos de las montañas









sierra gorda. querétaro. camino a pinal de amoles.
octubre 2007.

sábado, septiembre 27, 2008

TEMPLOS, IGLESIAS, CATEDRALES

Templos, iglesias, catedrales
Daniel Navarro



Primer día: Ahora. Luz.
Nada existe después. Inicio.
Monotonía de una rueda.
Incienso, flores y penumbra.
Tocan las campanas.
todo está listo.


Templos, geometría astral en el desierto.
Voces a coro de hombres y mujeres que cantan a lo desconocido.
Implorando un momento de paz y misericordia.
Una cadena de inciertas enfermedades,
un leproso encabeza las voces. "Es hora"
Su garganta se cae a pedazos,
sus pies lacerados.
Cuando mirar enfoca infinito,
no hay dolor.


Las iglesias adoran piezas de escultura
que con suerte podrían sobrevivir pocos años,
gracias al retoque de campanas,
hostias,
bocas abiertas recibiendo un pan sin levadura,
llevan capas de siglos.


Tercer día: Se inflaman vientres.
Quinto: Ella enciende
los ojos entre los ciegos.
Los muertos encuentran sus reliquias
y acusan:
El aire que respiro es azul púrpura.


Volteo. Mi columna soy yo y mis actos
que encapuchados esperan.
Muchedumbre de letras, vasos, calvicies, rezos, calaveras,
principios nunca recatados,
finales entre armonías musicales.


Está ahí. Su ropa es espesa:
La catacumba, el piso húmedo,
las rocas de las paredes que hablan murmullos.
Su aliento guía mi olfato de sacrificio a tientas en la oscuridad.


Su divina corporeidad enciende el momento de la creación.
Toccata y fuga en teclado ascendiendo por mis poros.
Los rezos son palabras en latín,
los grandes y majestuosos rezos de una ceremonia
que se refleja en los muros de los siglos de los siglos.
Cantos y coros.


Ceremonia incendiaria,
recato de pescadores encadenados al oleaje y a la luna.
La música sacra sigue el vaivén de mis brazos,
la fuerza de mi pelvis,
las mordidas sobre mi pecho.
Ascensión de los oros,
la cera sobre los vitrales de su cuerpo.


Penitencia que ejecuto paso a paso.
Llanto de arrepentimiento
reza entre sollozos.
Su cuerpo no puede más
obligo a que se incorpore.
No hay paraíso sin el tañer de las campanas.


Y sucede.
Como todo hasta ese momento:
sin secuencia, sin lapso.
El sonido del bronce de mi cuerpo resquebraja sus dientes.
El cráneo no será más nido del pensamiento
ni su corazón la celebración del latido,
su cuerpo es ahora prolongación del mío.


Alcanzo el momento de los días octavo y noveno.
Aquellos cuyo texto sólo unos cuantos pueden conocer.
Una tela sobre su rostro:
Ella mira.


En la magnitud del silencio,
una trinidad ante mí:
su alma sujeta a las rocas,
su agua sanguínea para sedientos
y su polvo de cuerpo ahora cubierto de levadura.


Catedral de siglos, al salir del túnel escucho trompetas.
Los ángeles pétreos en las esquinas
salvaguardan monumentales actos de fe
y vuelan en alegoría vespertina.
Apocalipsis que no cesa:
Se inicia la procesión de los hechos.


Es el décimo día.
“Recorrerás desde el fin hasta el inicio”
y en cada lapso te escucharán
templos,
iglesias,
catedrales.

Así empezó el tiempo
recorriendo camino andado, ordenando instantes
-no reinventándolos-
un orden con arbitrio no aparente
botellas en el mar
letras en palabras.
Poemas inconclusos que poco a poco
me escriben.












Desierto de los Leones, México.
sept 2008.

jueves, septiembre 18, 2008

RAPSODIA SOBRE UN TEMA DE PIZARNIK

Rapsodia sobre un tema de Pizarnik
Daniel Navarro





Probablemente he sido poeta, mentor de aprendices de idiomas que no se usan más. Acaso he andado algunas calles sin rumbo fijo. No lo recuerdo. Si Usted me pregunta, podría inventar una respuesta. La verdad no lo sé.

Alguien me dijo que me amó en otra vida. Quizás tenga elementos para reconocerme. Yo no puedo pensar en algo que no sea aquella ocasión en un parque, cuando un payaso me invitó al centro. (¿Debo deducir que fui payaso en alguna parte de mi existencia?) Además, ella, la que me lo dijo, se ha ido a Budapest, hacia alguna villa de apellido de General, a las Islas de alguna parte del océano que no logro ubicar. Probablemente en el este.

De todo, lo que me trae un recuerdo que me gusta sentir es una serie de compases, armonías, tocadas en piano: Una rapsodia. Me lo dijo alguna de esas emperatrices que andan por los conservatorios y que me regaló un pedazo de tiempo cuando no podía controlar mi emoción al escuchar su interpretación. “No sé lo que es una rapsodia” le dije, pero lo apunté en mi cuaderno de notas. Ella volvió a interpretar la pieza. Alguna vez lo sabré, en esta o en otra existencia, o alguna vez lo supe. Se me viene a la mente la pregunta: ¿Ella fue mi amor también en alguna vida pasada?

Para qué camino sin rumbo si me puedo abstener de llegar a cualquier parte. Antes me entusiasmaba. Iniciaba con todo mi corazón y decía: “aquí” y pensaba en “allá”. Al llegar, la nostalgia de “aquí” era la de “ayer” y así se me acumulaban los puntos de inicio. No aparecía lo que pudiera decirme: “ya llegaste”. Entonces, pensaba nuevamente en el “aquí”.

Hoy leí un poema que dice: “Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen, yo hablo”. Lo escribió una mujer: pensé en ella. ¿Sería acaso la misma que tocó la rapsodia para mí en aquella tarde? Así me puso la piel al leer su poema. La misma emoción. Aunque son cosas distintas una rapsodia y unas cuantas letras.

Miserias que me sirven como intento de cobijo ante la indigencia del mundo. No alcanzaré alguna vez la esquina que me pregunte: “Rapsodia, ¿De dónde apareció el poema?”

Los amantes viven en mundos diferentes, las miradas no pueden rebasar la niebla ni mi memoria traer al presente lo que he vivido, lo que he sido. Palabras de otros idiomas que nadie habla. Pero no es necesario explicar todo. Yo solo me entiendo. Y lo que no pueda expresar, que una rapsodia o un poema lo digan por mí. Incluso lo que no recuerdo.









ajusco. 18 sept. 2008
El fragmento de Alejandra Pizarnik proviene de La extracción de la piedra de la locura, 1968. Argentina.

martes, septiembre 16, 2008

TALULAH

Talulah
Daniel Navarro







Talulah en abstracto, en madera labra su nombre. Los caracteres no son sencillos. L.A.U.T.
Ha decidido abandonarse a su futuro. La búsqueda de un universo en llamas. Se pregunta en su interior si vale la pena. Mas rápidamente aleja la duda: lo ha decidido. Es madrugada. Han sido dos días consecutivos con el cuchillo sobre el pedazo de roble. Un vendaje no ha sido de ayuda, le sangran las manos.

No salió la luna anoche. Las nubes oscurecieron lo que otrora fueran limpias oscuridades, interrumpidas por estrellas y luciérnagas. Quiere dejar su nombre, por si acaso se pierde. Ella lo hereda de un antepasado: la lista de desaparecidos no la incluyó. “Si se perpetúa un nombre brilla una luciérnaga. Uno nace para continuar una historia en esa diminuta luz.”

Talulah, la antigua, había sido la primera en saberlo en aquellos tiempos de tormenta. Cuando un relámpago había sido su visita, los susurros cimbraron a capella; su vientre creció como las manzanas, rojo y oloroso. Su piel, sus labios y su cabello fueron dulce viento del atardecer.

“Yo nací. Me criaron los huertos, los paisajes de riscos. Nunca conocí el mar. Talulah, la antigua me decía que de allá vienen las tormentas. Ella me describía un fuego en el cielo, una saeta de luz entre las nubes. Ruido ensordecedor que acalla los sollozos. Me dijo adiós una madrugada. La escuche toda la noche hablarle a las estrellas. Me dijo que iría en busca de una tormenta.

“Crecí. Las mujeres que alcanzaban una cierta edad, caminaban hacia un puerto y se embarcaban. Cada una de ellas estaba obligada a escribir su nombre, tatuándolo sobre un pedazo de madera. Cuando pasaba el tiempo, si no regresaba, la madera servía de leña. Así desaparecieron casi todos los linajes.”

Talulah en abstracto regresó. Se dice, o acaso son imaginaciones mías, que cuando se alejó de la costa, una tormenta la cubrió de nubes y oleaje. Una llamarada en el cielo abrió la memoria en los bosques de las islas. Ella vio la tormenta y se abrazó a sí misma. Sintió el rayo en su interior. Calcinada, perdió la memoria.

La madera fue cubierta de líquenes y musgo, perdiéndose el nombre debajo de la capa de vegetales. Así fue que se apagó esa luz. La luciérnaga no encendió el nombre.





L.A.U.T. Por azares del destino me ha sido posible leer la inscripción. He solicitado la recolecta de todo el material arqueológico. Las inscripciones en otros materiales, particularmente piedra, parecen ser interesantes también. Los epitafios son especialmente crípticos, y aparentemente inconexos. No obstante, alcanzo a discernir algunos puntos importantes en la historia. Mitológica percepción de un pueblo antiguo, sin duda.

He armado historias con base en apenas retazos de expresión. Mi especialidad: la paleoescritura. No tengo demasiados aliados, porque los escritores me desprecian por falta de objetividad, y los pocos colegas me toman a risa los conceptos en los que creo.

He sustraído la madera de la lista catalogada de materiales, claramente un delito. Pero un roble con unas letras tatuadas no puede ser obra de alguien que no tuviera la eternidad muy presente en su mente, en su pensamiento.

Una tormenta cubría el atardecer. La luz en la oficina del especialista permanecía encendida, a pesar de la hora. La lluvia pertinaz cada vez más insistente. Cerró las ventanas, y buscó el sombrero. El paraguas. Era tarde de domingo.

Un relámpago cayó con tanta fuerza que interrumpió de inmediato el suministro de electricidad.

Cerré la puerta de la oficina, no sin antes guardar el pedazo de madera. Abrí el paraguas y sin darme cuenta, un curioso y enigmático nombre se me vino a la mente:


La noche y sus oscuridades invadieron la calma universitaria. Una luciérnaga encendida se posó en una de las ventanas de la oficina.








ajusco. 16 sept. 2008

miércoles, septiembre 10, 2008

BARCOS

Barcos
Daniel Navarro



Los barcos: cuántas letras se han derramado acerca de viajes, muelles, anocheceres en el vaivén oceánico, tormentas, tragedias, descubrimientos. No hay barco que no tenga un sinfín de historias, algunas verídicas, otras arrancan complicidades.



Propelas. banderas, barbas retorcidas, perico de malas palabras apertrechado en el hombro, recetas de ratatouille, visiones de un lugar que empezó con el viento y termina con cruces en los cementerios.



Ya nadie viaja en barco, las noticias los han abandonado, los piratas no tienen pata de palo, los instrumentos de navegación son piezas de museo. Añoranza del oleaje roto por la quilla.



Abandono del mar, las sirenas son ahora el cuerpo naval. Asolean sus voluptuosidades envueltas entre sábanas al amanecer. Son ellas, nos conocemos, saben que vine a verlas. Se recorta mi perfil en el horizonte y el barco me llama con su silbato; me detienen las nubes para que ascienda por sus escalerillas.


Desde la punta de proa escribo. Me ilumina una vela. Una sirena me cuenta su canción al oído.


Visiones nocturnas para quien me lee y al hacerlo, recuerda sus propios puertos.







.veracruz y mis sirenas. sept. 2008.

sábado, agosto 30, 2008

EL ANDAR DE LOS MIL CANSADOS: MARCHA EN MEXICO

El andar de los mil cansados
Daniel Navarro




Marcha contra la violencia
la inseguridad, la demencia de una sociedad marchita
nuestra sociedad mexicana enferma
la desesperación inunda las calles
una esquina es sospechosa, un vecino es enemigo,
cualquiera es asesino sin rostro,
me recuerda aquella letra de Charly García
"la persona que amas puede desaparecer".

No es tema de intelectualidad, no es abstracción
no es ficción ni beligerancia,
la putrefacción alcanza todos los olfatos,
la degradación se encaja sobre los costados, como lanza
México está de luto por los desaparecidos
por las mujeres de Juárez, por los secuestrados
y asesinados
por 30 monedas
es un fenóneno de masas, tantos somos
que la vida (nosotros mismos nos jactamos de pensar así,
y hasta cantamos con mariachi):
"la vida no vale nada".

No hay edad, no existe línea recta, los rastros han desaparecido
aquello que nos movía de orgullo, la solidaridad
generada durante el temblor, la amistad y mano franca
de un amigo desconocido, un visitante,
ahora es temor en el horizonte, desde que nace
hasta que desaparece en el conflicto de la noche.
Camino rápido, tengo miedo
duermo intranquilo, oigo voces, siento cuchilladas
patria mía, inerte,
resucita de entre los muertos.

Mañana domingo será el último día de agosto
hoy fue la marcha bajo la tormenta, el andar de los mil cansados
esperanza vana, maltrecha mirada
pobreza bañada por la lluvia.
"México lindo y querido, si muero lejos de ti,
que digan que estoy dormido."










30 agosto

miércoles, agosto 27, 2008

UXMAL: LA PIRAMIDE DEL ADIVINO

Uxmal: La Pirámide del Adivino
Daniel Navarro



Una apertura en el instante continuo que él llama tiempo, mira hacia adelante, con un atisbo vislumbra, lo veo en su rostro

Estoy a su lado, me esconde lo que descubre. Me da temor y curiosidad saber mi futuro.

Soy humano, la máxima pregunta, más que de dónde vengo, más que a dónde voy, es: “cuándo”.

etralla, m , ilencio, s, divino, a



Me escabullo en las piedras, las rocas, al fin me permite percibir un poco de lo que adivina, quedo petrificado.

Cesan las preguntas. Miro desde Uxmal. No hay confines, el tiempo es arena del desierto que azota mi rostro, me golpea, se sangra la mirada.

Mis quijadas, mis dientes. Mi nariz es una prolongación de la lengua. No escucho nada. Busco la mano, su mano, no sé si tengo miedo, no puedo siquiera formular la pregunta. Mi pecho es un agujero en el instante continuo que él llama tiempo.

Entro en un guijarro que se atrapa en la frente. Lo siento. Golpea como roca. Arde como incendio.

uijarro, g. metrall a.



Caigo. Mi cuerpo es aquello que se difunde en el viento. La luz es noche. La luz es nada. Iluminado todo y me conmueve aquello que caído se esparce.

La pirámide. La veo. Un algo rojo, rectangular, en la parte más alta. Ahí.

divino.



Mi aquello que se mueve, la arena, las partículas aladas de un diente de león, las gotas de la ola al reventar contra la roca, los números apilados de mi infancia, las veces que su mirada me infundió confianza.

Un poco más cerca. El rectángulo rojo ahora es casi un monumento a la sangre. Se esfuma y vuelve a surgir. Oleaje. La batuta del director aquel. Recuerdo la sala. Mi ascendencia veo, mis ancestros están ahí... aquí. Mi descendencia también. Una larga escena que está, sin moverse.

Mis ancestros. Mi descendencia. Yo. La pirámide del adivino en Uxmal. Su pirámide.

Una voz, un sentimiento de culpa, una curiosidad malsana. Un elemento de vida. Cada piedra es mi cuerpo. Soy la pirámide. ¿Soy el adivino? Fui. ¿Seré? La roca.

Un concierto. La sala vacía. Estoy perdido. El pago, el privilegio, enormes.

Piedad.




El adivino me mira. Me sorprende la mirada

No puedo moverme. ¿De ésto es que está hecha la pirámide? ¿Del cuerpo de otros como yo?

Mi lugar es una esquina. La lengua es mi nariz. Piedra.

Chac.


Llueve en el Cuadrángulo de las Monjas.












esta noche. 27 agosto. 2008.

martes, agosto 26, 2008

LA LIBERTAD DE REVOLUCION

La libertad de revolución
Daniel Navarro



dedicado a Rodrigo, por las ideas y la esperanza


En el jet-set del poder
Todo es juego de espejos
Y al buen entendedor pocas palabras
Juan José Ortizgarcía



Hay salas de museos impregnadas de revolución, activistas lunáticos, rebeldes y otros seres que en pegamento, tinta y color, han mostrado que la sociedad humana no es otra cosa sino un informe continuo de vejaciones y codicia. Existen sectores donde los cuadros de mártires hacen un desfile, una hagiografía deleznable de terror sobre el pensamiento. Hombres y mujeres. Normales y anómalos. Sanos y esquizofrénicos. La libertad de expresión: tema plasmado en lienzos.

Desde que el lenguaje es humanidad, las palabras fluyen independientemente del origen, parecieran tener vida propia y evolucionan arrastrando consigo a esas sociedades que les resulta un pesado lastre. Algunas son claramente revolucionarias. Atentan contra la inercia. Muere el que las pronuncia, mas inevitablemente, la partitura persiste, encuentra oídos y nuevos sonidos en la voz o idioma escrito. La longevidad es una virtud de las letras rebeldes.

Hombres y mujeres sacrificados. Cruz. Lapidación. Horca. Picota. Ley fuga. Despojo. Irradiación nuclear. Campos de concentración. Islas amuralladas. Cuerpos de sal. Trepanación. Asfixia. Perros, leones, tiburones. Reingestión de vómito. Extirpación de la lengua. Guillotina. Fósforo blanco. Capirucho y antifaz. Mutilación sexual. Cuerpos en el mar. Exhibición de la carne en la pira. Eutanasia. Invasión armada. Intimidación pública o privada. Venganza sobre madre hermana o hija. Silla eléctrica. Fuerza desbocada de caballos desprendiendo extremidades. Violación en canal. Bofetadas metálicas, reiteradas y lacerantes. La lista es interminable: la humanidad es pródiga en represión. Su motivo: La lepra del verbo debe ser erradicada.

Y cuando las palabras que veían más allá que los ojos de la muchedumbre cuestionaban a otro dios, debían entonces ser vendadas, embalsamadas o incineradas. Mientras las letras en el ataúd o en la pira, “terrorista” “anarquista” “moro” “blasfemo” “indio” “comunista” “extranjero” “burgués” “poseído” “pordiosero” “demente” “infiel” “negro” “maldita” y otra serie de epítetos han conformado una letanía. Un adormecimiento perverso, atroz, fatal, en ocasiones a través de cánticos encapuchados con números triples, letras triples, violencia triplicada y anónima.

En la actualidad, en la mayoría de los países, se consagran en el documento rector del país, con frecuencia llamada Constitución Política, conceptos tales como libertad de expresión, libertad de rebelión, libertad de asociación, libertad de prensa, libertad de religión. Aparecen como resultado de luchas de diversos grupos que procuran insertarse a través del ejercicio pocas veces pacífico, con frecuencia violento, y de manifestaciones en tiempos críticos. No obstante, la libertad de revolución no parece existir en ninguno de ellos, parece ser más bien el resultado de los actos, el nombre genérico con el cual se cubre al período o a la conducta involucrada.

Se ha invocado a un curioso concepto como salvaguarda de la libertad de expresión. El “estado de derecho” no obstante no viene a ser otra cosa que una perogrullada inventada por aquellos que conceptúan a los códigos civiles o penales –invención literaria de mala calidad-, como el elemento rector de la sociedad humana.

Nos encontramos en los albores de un nuevo medievo, aunque quizás me retracto por optimista. Más bien, vivimos una fase del Neolítico caracterizada porque las normas originalmente utilizadas durante tiempos feudales han sido actualizadas para responder a las demandas de grupos de poder local e internacional. Formas de consolidación política y comercial que arremete contra tradiciones colectivas de pequeños grupos condenados a la desaparición. Recuerdo el texto del escritor alemán Ferdinand Lasalle de los años 1860, que sigue candente: el concepto de Constitución no ha cambiado mucho desde aquel documento de sociedades feudales, absolutistas, burguesas, y expresa a los núcleos de poder como aquellos elementos que determinan en gran medida el producto escrito, la Ley Fundamental o Carta Magna. Por otra parte, la exhumación del viejo concepto griego de democracia así me refuerza el pensamiento. Poco hay nuevo bajo el sol. En una perspectiva de cinco mil años, la humanidad sigue reptando en la Antigüedad.

Por eso existen las palabras que fluyen en el aire, buscando la redención. No creen que la humanidad en la cual puedan descansar, sea la que hemos en conjunto construido. No al menos hasta hoy. Por eso incesantes, las palabras que buscan a tientas, que perciben un universo mejor, son por ahora sinónimos de exilio, y bandera de organizaciones de extraños y sentimentales anacrónicos. Palabras en vuelo, ideas del porvenir que todavía no alcanzan el nido.

En tanto la humanidad persista en ser una gregaria acumulación de egolatría, soberbia y autocomplacencia, la libertad de revolución será sinónimo de libertad de expresión. Genuina búsqueda de justos y misántropos. No todo está perdido. Al menos eso opto por creer. La lucha de los incrédulos que arriesgan su existencia por emitir juicios, mártires de un sueño en verso, no será jamás en vano.

Y así ha comenzado el siglo veintiuno. No dejo de preguntarme si toda la historia de la humanidad ha transcurrido sólo para llegar a donde estamos. El deplorable estado en el que tenemos ese paraíso del Edén, por decirlo en términos simbólicos. El poco edificante sistema de naciones que atestiguan impotentes el ejercicio impune y monolítico del poder. El centro geográfico de nuestra existencia en algo tan abstracto como los bienes pecuniarios, económicos, financieros. Un universo del “cuanto tienes, cuanto vales”. Y no hay posibilidad de divergencia de expresión porque ésta ha sido mediatizada, transformada, letalmente inmovilizada.

El ganador del premio Nobel de literatura del año 2005 es un escritor inglés, Harold Pinter. A través de video, en la ceremonia de entrega, se expresó acerca del lenguaje político, el cual, “conforme es usado por políticos, no se aventura fuera de su territorio dado que la mayoría de los políticos, de acuerdo con la evidencia disponible, están interesados no en la verdad sino en el poder, y en el mantenimiento de dicho poder. Para mantenerlo, es esencial que la gente permanezcan en la ignorancia, que vivan en la ignorancia de la verdad, aún de la verdad de sus propias vidas. Lo que nos rodea por ende es un vasto tapete de mentiras, de las cuales nos alimentamos.”

La libertad de expresión se manifiesta como la búsqueda en lo individual enfrentando la colectividad sumida en esa ignorancia de Pinter. No obstante, la expresión se vuelve explosiva cuando afecta al poder, cuando encuentra la revolución. La libertad de expresión que es inocua, no levanta torbellino. Mientras, la libertad de revolución se encuentra en espera. Vive en los desiertos, en las selvas, debajo de las enaguas, dentro de muros de adobe, entre los vapores de las minas, impresa en la piel de un leopardo.


Notas y Literatura
Lasalle, Ferdinand. “Qué es una Constitución”. Gernika, 2ª. Edición. México.
Ortizgarcía, Juan José. “De este lado de mi ventana se respiran espinas”. Crítica, Revista Cultural de la Universidad de Puebla, Núm. 112, octubre-noviembre 2005. Págs. 165-170.
Pinter, Harold. “Art, Truth and Politics”. The Nobel Lecture. 2005.








cancún. 2 de enero de 2006
música: Metallica on Cello. One. Apocalyptica. Worlds Collide.

sábado, agosto 23, 2008

NIEBLA DEL RIACHUELO


Niebla del Riachuel
o
Letra de Enrique Cadícamo y Música de Juan Carlos Cobián. 1937.



Turbios fondeaderos donde van a recalar
barcos que en los muelles para siempre han de quedar.
Sombras que se alargan en las noches del dolor,
náufragos que al mundo han perdido la ilusión.

Puentes y bordajes donde el viento viene a aullar,
barcos carboneros que jamás han de zarpar;
turbio cementerio de las naves que, al morir,
piensan, sin embargo, que hacia el mar han de partir.

(Coro)
Niebla del Riachuelo:
amarrado al recuerdo
yo vivo esperando.
Niebla del Riachuelo:
de ese amor, para siempre
me voy alejando.

Nunca más volvió,
nunca mas la vi
nunca más su voz nombró mi nombre junto a mí.
Esa misma voz que dijo "Adiós".

(Declamado)
Y aún sigo esperando tu regreso
Después de aquél adiós tan triste
Para mí la vida pierde su sentido
Al no escuchar tu dulce voz.
Y hoy me llena de hastío tu ausencia
Y el recuerdo
De tu bendito amor


Sueña, marinero, con tu viejo bergantín;
bebe tus nostalgias en el sordo cafetín...
Llueve sobre el puerto, mientras tanto, mi canción;
llueve lentamente sobre tu desolación...

Anclas que ya nunca, nunca más, han de levar;
bordas de lanchones sin amarras que soltar;
triste caravana sin destino ni ilusión,
como un barco preso en la botella del figón...




Comentarios.- Existen al menos siete versiones de este tango. Por ser la versión que atrajo mi atención, he tomado como base la del Quinteto Mocambo, con sabor de son cubano - veracruzano con solo de tresillo. Este grupo añade un verso declamado que he transcrito. Algunas particularidades en el lenguaje son añadidas en la versión jarocha, por ejemplo: "Esa misma voz me dijo adiós", "bordajes" por "cordajes" y el uso del plural en vez del singular de la original. La versión de Chivirico Dávila introduce un par de líneas adicionales procedentes de una canción que no logro identificar. Chucho Avellanet presenta una versión tipo trío de tempo más rápido. La versión de Bebo Valdés y El Cigala tiene el profundo atractivo de ser presentada en ritmo de tango muy suave. Roberto Goyeneche canta el tango, destila Buenos Aires en el verso, y el bandoneón, además la suya es la única que incluye los dos versos que finalizan la versión original.

sábado, agosto 02, 2008

EL ESCRITORIO DE UN ANARQUISTA Y LOS ESCARABAJOS DE TRAVEN

El escritorio de un anarquista y los escarabajos de Traven
Daniel Navarro





Una casa construida por Ramírez Vázquez (se dice, y continúan las historias y enigmas) en la calle de Mississipi, colonia Juárez, de la ciudad de México. Hasta arriba, un cuarto grande, un invernadero, un escritorio. Los papeles del anarquista que llegó a México a contar historias de indios. Traven. Veo a su viuda. Ella misma ha perdido la memoria, el síndrome de Tick la aqueja y enfermeras se substituyen en horarios de ocho horas cada una. La miro, le toco la frente. Una enfermera le habla quedito. La tele funciona a bajo volumen. Poca luz. Traven habita en un cuadro que… y me distraigo viendo otro cuadro, y algunas cartas de sus trabajos en McCall’s y Atlantic Monthly.

Traven construyó un universo alrededor de sí. Identidades, personas, curiosidades, sobre todo cuando los escarabajos empezaron a habitar en la madera de su cuerpo, tal y como habitan estos insectos el cuerpo de cualquier indio. En el Tampico de 1924, camina y enciende la llama de las historias que tendrían una característica fina: la lógica alemana combinada con la lógica rural de las voces anónimas: dos piezas de artillería idealista que embonaron a la perfección como perfecta maquinaria. Decidia, rebelión, soberbia, simplicidad, ingenuidad, una terquedad que casi raya en la perseverancia y el modo de confundirse con el horizonte de la melancolía, todos esos son caracteres que identifican a los anarquistas y los hace diferentes de otros tipos de especímenes de la jauría humana.

Vi sus fotos. Blanco y negro, apenas un poco más grandes que los negativos de medio formato. Hoy tendría más de cien años.

Ya no hay plantas excepto en el jardín a ras del suelo, algunos árboles se inclinan hacia la construcción.

"Habrá que tumbarlos".

Cuando expresé que me preocuparía el ruido de la motosierra, recordé que el tiempo no existe. No hay nada que recuerde a Traven. Él mismo borró su senda hacia el Paseo de la Reforma.

Los escarabajos creo que se encuentran en la madera en espera de otro indio o de otro anarquista. Lo que pase primero.

"Habrá que dejar los árboles en pie" pienso, al recordar a los escarabajos.



domingo, julio 06, 2008

YETI

Yeti
Daniel Navarro



Ella sirve una copa de vino tinto, “dos cubos...”, y perpetúa el rito.
Sintoniza la televisión y la mira en forma entrecortada mientras cocina. Sube y baja mechas, discrimina sazones y temperaturas con el acolchonado canto de su mano; mantiene diálogos tajantes, cuadriculados u oblicuos con un manojo de vegetales que le pintan de colores un breve plato.

Aparte de los componentes botánicos, pocos asuntos se suman al momento cuando ella pone atención al documental que en ese momento revela un enigma primordial de la humanidad:

“—El Hombre de las Nieves quizás sea un fósil viviente, habitante de los reinos de los glaciares perpetuos en el Asia.

“—Esta teoría es factible -–sigue la televisión— aunque no ha sido comprobada debido a la ausencia de registro fósil del Hombre de las Nieves. Por mucho tiempo calificado como animal mítico, se hablaba de él entre las tribus de los habitantes del Himalaya, dándole el nombre de Yeti.

“—A diferencia de otros homínidos, del Hombre de las Nieves se carece de los más elementales datos sobre su origen, inexplicablemente no se cuenta con datos sobre su apariencia física, su conducta...”



Corre por un trapo y se limpia la sangre de la cortada que se produjo en un descuido. De rato, apaga la televisión y se sienta.

Lo conoció en un bar. Le dijo que estaba solo, que se había divorciado recientemente. (Corroboró ella que efectivamente no portaba argolla). Le confesó que su vida era un permanente frío. Particularmente a partir de un momento cuando se sintió enfrentado con grandes mentiras. Descubrió -–le revelaría— que ser distante como el hielo le permitía sobrevivir.

“Es la era de la glaciación de mi existencia” le dijo. Alguna vez había amado con locura, pero que cuando su amor se estrelló con la terrible realidad, el corazón se le transformó en piedra. Fue entonces que perdió la capacidad de amar. Como un Rey Midas sin sentido, todo lo que tocaba se transformaba en cero absoluto, la temperatura del vacío estelar...



Yeti...—le murmuró ella al oído cuando la tomó por primera vez en sus brazos—, me cubre una sensación a invierno que me turba. Eres como un vacío sin palabras, mas ¿sabes? hoy te necesitaba.

Recordó cuánto lo quiso a pesar de su corazón amargo y frígido.
Cuando él se quedaba, su solitaria cama se convertía en paraíso glaciar. Las caricias le creaban un escalofrío inevitable que le recorría la espalda y la nuca petrificada se desgajaba poco a poco al derretirse.

Una y otra vez, el hombre de las nieves venía a calentar su vientre dolido por los años, a pesar de que su compañía era similar a la de un trozo de calle, como si fuera acompañada por la banca del parque...Las ventiscas del invierno rondaba nuestra presencia, parecíamos vivir permanentemente en los Himalayas, e incluso alguna vez al tomar vino se formaron copos de hielo sobre las copas.



—Idiotas —pensó al recordar los datos emitidos por el documental mientras giraba la copa de vino—. Si hay alguien que conoció, que amó al Yeti, soy yo.

«No obstante, el hombre de las nieves se fue cuando rompí mis lanzas y lo acosé. Le tiré de puñetazos. Encendí fuego por doquier, hice temblar al cielo. Tomé su corazón y lo corté paso a paso. Así.

«Su mirada... La mirada de tristeza de un hombre solitario y frío fue algo con lo que partió. Al mismo tiempo, se me quedó a mí también. Lágrimas como hielo polar que no se disuelve...

—Tenía que olvidarlo -–deliberó con amargura mientras servía de la ensalada en el único plato en la mesa—. Cuando vino a mi vida, pensé que un hombre con modos tan distantes no podría hacerme daño. Un hombre tan insolentemente frío difícilmente se ensañaría con mis previamente rasgados sentimientos. Nunca creí que su cristalizado granizo lograra permanentes arcoiris que tuvieron como razón el sol tras la lluvia de su amor.

El hielo resultó ser más caliente que mi propia boca y mi corazón. El témpano me transmutó en un grácil globo de helio surcando el infinito.

«Fue una tarde cuando descubrí que amarlo me dañaría mucho más. A final de cuentas, yo terminaría mucho peor, con mi corazón todavía más destrozado...

«Piel de gallina, los vellos erizados, con los ojos entrecerrados sintiendo el amor glaciar de un hombre que provocaba una noche de seis meses, como en los polos, le dije adiós.

«Enloquecida, desde entonces he vagado sin poder alcanzar el fin del período de oscuridad. Lo extraño. Procuro recordarlo pero de su apariencia no queda algo que no sea el reflejo del espejo cuando se rasuraba. No sobrevivió una camisa, un botón ni un mechón de cabellos, ya no digamos una fotografía.»



Ella mira en su plato la ensalada que está intacta.
Toma el último sorbo de vino.
Mientras un ocasional sonido del tenedor al chocar contra el plato rompe el silencio, en el fondo de su copa vacía permanecen dos cubos de hielo sin derretir.









.cancun

sábado, junio 21, 2008

GIGANTES

Gigantes
Daniel Navarro



Un paso, violento amanecer en el océano. No los veo, cruzan en silencio. “No”. Levanto mis alas. “No por ahí”. No me ven, no existo. No estoy aquí.
La caminata continúa. Mis alas siguen en la misma posición, petrificado. El mar se sacude. Bato mis alas.

Las olas son formidables, los gigantes, en su andar también. Emigran. No son del pasado remoto, no vienen del futuro. Simplemente acontecen. Como yo. No existen, no están aquí. Nos encontramos sin saberlo, sin predecirlo. Al menos en mi mente no cruza esa idea. Cuando coincidimos levanto las alas: “No hay salida”. Agito mis alas.

Hemos coincidido muchas veces. No me ven. No los veo.

Cargan sus pertenencias que son ajenas: suciedad, crueldad, codicia y hambre. En silencio sus pieles, sus animales de tiro. Sus halcones solidarios, los violentos búfalos y sus pensamientos. Caminan y forman olas. Se anticipa su andar desde la orilla del mar. Cuando caen, todo se nubla. No se ve ninguna orilla del cielo. El tiempo, que a veces se asoma, huye despavorido. El mar es rojo. Violento.

Cuando cesa el exterminio, la mar se calma. Todo vuelve a ser quieto.

Mi tormento es la masacre. Mis cadenas no tienen nombre. Los gigantes. Los eternos gigantes son mi compañía. Y no los veo. No están ahora.

La mar es espejo. Tormento de imágenes de Narciso que se mira reflejado. Esperpento. La humanidad entera es esperpento ante mis ojos subrayado. Lo único bello en la existencia son los gigantes. Ellos son los encadenados. Arrastran la escoria ajena.

En su camino, el precipicio los acomete. Saben su tarea. La mía es recordarles que no vale la pena acarrear el escombro de la humanidad. Pero no escuchan, no me ven. No desean.

Son nobles los gigantes.

Las alas de la misantropía siguen en alto. Se yerguen en homenaje a los caídos.














ajusco. junio. 2008.

lunes, mayo 12, 2008

PENÉLOPE: EL BRONCE EN LA ARENA

Penélope: El bronce en la arena
Daniel Navarro



“La noche será el beso, el anhelo
Me darás una palabra extraña
Un regalo de letras, bajo la sombra
De la luna;
Me prometerás el incendio,
La turba, la inmortalidad,
La soledad de los dioses,
Su descendencia inerte.
Yo, como Penélope
Desbordaré cada vuelta, cada golpe de hilo
Cada noche, para esperar tu aliento
Tus letras, tus versos por la mañana
Envuelto tú entre la seda de mis besos
Envuelta yo en el embrujo
de la urdimbre de la red
del futuro ancestro.”



Iré. Cruzaré el Mar.
Venceré.


“Me vestirás del capullo
De tus siembras, cada surco
Cada semilla, cada estirpe,
Silencio entre los puntos cardinales
Bullicio en la marejada.
Manarán siete veces los manantiales
Antes de resquebrajar la piedra
Y quizás entonces
(no lo prometo)
volverán los mares a sus costas,
(no me obligues)
Dejaré en libertad los amaneceres,
(Acaso)
Incendiaré los olvidos y las penumbras
Y en cada vuelta, cada golpe de hilo
Será forjada la esperanza suave
De un volver contigo,
Una luna del calendario,
Un temblor de tierra, terremoto,
Una flor seca sobre la mesa
Y el capítulo del libro
que dura una eternidad.”



Iré. Sangrarán mis heridas.
Venceré.


“Soy es decir no existo,
Volver es decir anhelo
Un ladrillo es decir abrazo
Un beso es decir oleaje
Un decir es palabra neutra
Un verso me envuelve cada noche
Penélope,
Nunca aprenderé tu libro de versos
Cada mañana será un olvido aprendido
Una amenaza nueva de olvidarme de mi propia
Existencia,
Y renacer como cada noche,
Escuchando a Ovidio,
Ulises,
Plotino,
En letras mudas dichas por tus manos.”



Iré. El bronce fundido entra en la arena.
Suenan las campanas.
Venceré.




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miércoles, mayo 07, 2008

(YO INCLUIDO)

(Yo incluido)
Daniel Navarro




La ciudad engulle todo. Gatos, gente, sueños, la ciudad es irrepetible, insustitible, la necesitamos para lograr la ansiada autodestrucción, para deshacer nuestra propia esencia, nos fascina, y nos crea. Nos anhela y la fornicamos cada noche, en multitud, en solitario. Sus calles son apenas los respiros e insultos que se cruzan en las esquinas y tuercen el sentido de las palabras. La ciudad emerge cada vez que se llama por teléfono, cada vez que se enciende la bombilla, cada vez que se proyecta la película. La hembra de la ciudad es ella misma, igual que el macho, ciudad hermafrodita que se autopoliniza, incestuosamente. Sin otra finalidad, la ciudad repta a sus alrededores y crece en cada palabra que te escribo, con cada mueca que haces al leerme. Hambre de cemento, de alambres, se alcanza a discernir su lenguaje cuando todo está en silencio. La ciudad es verdugo de los transeúntes que se atreven a desobedecer las reglas, aniquila a los poderosos, ilumina a los indigentes. Los sin hogar son sus predilectos, (yo incluido), los que desde la eterna pobleza de una barranca, desde las cloacas, admiramos la fina hechura de sus sentimientos. La sacralidad de la basura en un tierno bosque de oyameles que se niega a morir. Ciudad perversa, sucia, desordenada que todo engulle. Perros, alimañas, sentimientos, futuro. Visiones de un arquitecto sin rostro que en desafío nos plantea mundos sin mundo.






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martes, mayo 06, 2008

LOS AGUACATES DEL CINCO DE MAYO

Los aguacates del cinco de mayo
Daniel Navarro



La editorial del cinco de mayo del New York Times me llama la atención, y quiero comentarla. Usualmente es un periódico que me causa interés, polémica, o estimula. Esta vez no es la excepción.

La editorial argumenta que la compañía cervecera que produce y comercializa la marca “Corona” es la razón por la cual en los Estados Unidos, la celebración del 5 de mayo se ha convertido en la principal celebración latina, independiente de la nacionalidad de los asistentes. Asimismo, argumenta que esta celebración incrementa las ventas de tortillas, la cerveza “Tecate” y aguacates y por ello se perpetúa. Concede la editorial, que inteligente la selección de la fecha, ya que de esta manera se atrae a un número más diverso de latinos en los Estados Unidos, que si se hubiera elegido una fecha de mayor identificación con tal o cual país, poniendo por caso las respectivas fechas de independencia.

Yo no coincido exactamente con este punto de vista. Creo que la base de la celebración es real, si bien no se explica claramente. El suceso ciertamente ha pasado a la historia, e incluso es una celebración básicamente menor en el escenario mexicano, e inexistente en el marco histórico de los demás países de latinoamérica. La lectura de la fecha no debe ser textual.

El cinco de mayo, el ejército mexicano pudo vencer al ejército francés que avanzaba hacia la capital. El NYT ironiza que eso fue menor, ya que al año siguiente, los franceses tomaban la capital mexicana e imponían a un emperador durante cuatro años. Eso es cierto, pero se soslayan al menos dos aspectos importantes.

Uno, el ejército francés no sólo era el ejército francés, sino que era el mayor ejército del planeta entonces conocido. Era Napoleón Tercero. El equivalente actual sería más o menos a que un puñado de desarrapados soldados del ejército de Afganistán venciera al ejército de los Estados Unidos durante la invasión recientemente ocurrida. Evidentemente esa victoria sería recordada y celebrada durante los próximos doscientos años. El ejército mexicano efectivamente era un puñado de desarrapados defensores de la patria ante el tirano. Esa es la imagen que creo que es universal: el débil frente al poderoso, el libertario ante el colonizador, el justo frente al tirano, el nativo frente al invasor.

Dos, los latinos en los Estados Unidos, independientemente de que sean documentados o ilegales, nativos o recién llegados, guatemaltecos o cubanos, argentinos o paraguayos, negros o blancos, católicos o protestantes, indígenas o mestizos, todos, son agrupados bajo el mismo título: latinos. “Lo que tienen en común -–dice el NYT-- es que fueron colonizados por España”. No cabe duda que la colonización española es uno de los principales elementos que aglutinan a toda la América que habla español. No obstante, el razonamiento es simplista. Pienso que independientemente de la nacionalidad de que se trate, el resultado neto de la actitud generalizada de rechazo, discriminación, y desdén que en muchas partes se observa en los Estados Unidos, provoca esta aglutinación de forma automática y natural.

La celebración de una fecha que significa cohesión frente a una fuerza mayor, en este caso, la sociedad de los Estados Unidos que discrimina incluso a sus connacionales, es natural, fuerte y seguirá incrementándose. El rescate de los colores de la raíz, la lengua materna, la rebelión ante la tiranía, y el orgullo implícitos, son los elementos relevantes. La venta de cerveza y aguacates serán un elemento de oportunidad, mas no la base del evento. No me queda la menor duda.

Y hablando de aguacates, cierro el comentario confesando mi predilección: Me gusta el guacamole con una brizna de cilantro, jugo de limón y picoso. Se dice que es bueno para la nostalgia y para que se mantengan vivas las querencias.







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lunes, mayo 05, 2008

GAVIOTAS

Gaviotas
Daniel Navarro




Las gaviotas tienen multitud de significados.

No atraen al amanecer, como comúnmente se cree. Tampoco son el espíritu de los ancestros creadores del mar. Si bien su presencia atrae a curiosos y otros espíritus, el portento real de las gaviotas se encuentra escondido en su forma de atraer al viento. Este peculiar dato fue extraido de los anaqueles de un olvidado naturalista del Siglo X, antes del denominado Renacimiento. El observador, amante de las aves, pudo discernir la manera de volar de las gaviotas, midió su amplitud del vuelo, y a través de complicados cálculos (copias de manuscritos actualmente en el Archivo de la Biblioteca en la Universidad de Santo Domingo, la más antigua de América), pudo definir no sólo el intrincado modo de atrapar al viento, sino de un secreto diálogo que se establece con esta fuerza, actualmente silenciosa, salvo raras ocasiones.



Algunas veces, las gaviotas pelean por los peces, otras veces se ríen abiertamente, las más, simplemente vuelan abrazando al viento. Y por ello, surgen de la nada, y simplemente desaparecen en el horizonte. No podemos entenderlas. Quizás por ello no existe día en que no se pruebe que de los muchos significados que se les atribuyen a las gaviotas, son simplemente adivinaciones de lunáticos. Las gaviotas lo saben. Acaso vuelan para detener el tiempo, acaso juegan en malabares impensables. La conclusión del naturalista antiguo es desconcertante: las gaviotas se alimentan de los rastros de seres humanos sobre la arena en la orilla del mar. Así, fortalecidas, abrazan al viento, que no es otra cosa, que el sendero de las sombras de nuestros andares.


El naturalista andaba y desandaba sus propios pasos. Hasta que un día, abrazando al viento, una gaviota atrapó su corazón al vuelo.

Desconozco el significado de las cosas. Pero acaso esta historia contiene el significado de las gaviotas. Lo sabré cuando pueda abrazar al viento.






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sábado, mayo 03, 2008

UN LINCE EN EL PICO DEL AGUILA

Un Lince en el Pico del Águila
Daniel Navarro


La hoja empieza a caer.

Me pregunto si las montañas pueden percibir el movimiento de los cuerpos celestes. La razón de este cuestionamiento es simple: la luna puede mover el mar, la sangre de los enamorados, y corregir el rumbo de la descarga en un golpe de artillería. Las montañas no pueden permanecer impunes a esta demostración de valía en la relación entre cuerpos distantes. Presiento que las montañas pueden estar relacionadas con Mercurio, más que con cualquier otro pedazo de rostro. Siguen sus instrucciones, exhalan su aliento, su magma se desliza por los valles y se disfrazan de piedra.

Miro El Pico del Águila. Mis sentidos me iluminan la oscuridad. Sendero de resina. Todo se mueve. Las montañas se orientan. Mercurio pronto aparecerá. Casi es el amanecer.

Los cráteres se deslizan por la geografía del altiplano. Surgen fumarolas de algunos de ellos. Pico. Águila. Lince. Geometría centrífuga del tiempo.

Me mueven. Las montañas me confunden. Buscaría el norte, pero ha desaparecido. Un río. Un antiguo ferrocarril. Un mundo en gris lleno de esperpentos. El mundo se circunscribe a las montañas. Los volcanes se encienden esta madrugada. No alcanzo a discernir el rumbo. Escucho ruidos. Algo se acerca. Una luz que se curva en el horizonte.

Mercurio. Un espejo en el río. Se enciende la sangre. Un astro aparece en el horizonte. Las montañas se deslizan, se acarician, se fundamenta el acto. Las montañas murmuran entre sí. Escucho. La luz se curva por completo, se hace círculo. Gira.

El rastro, mis huellas. Simples ascensos en el orden del universo. Descensos, izquierdas, derechas, centros.

Ambivalencia en la orientación. Mercurio se mueve con rapidez, no ha transcurrido apenas el parpadeo, y todo repentinamente se ha suspendido en el universo. La hoja cae casi por completo. Casi alcanza el suelo.

Lince petrificado. Veo al águila. El nombre no es casual.

Vuela. Mercurio. Alborada.

Apenas un instante. El follaje esconde el sendero del Lince.




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sábado, abril 26, 2008

OCTAVIO PAZ: LAS RAFAGAS DE UNA VIOLENTA HISTORIA DE GUERRA

Octavio Paz: Las ráfagas de una violenta historia de guerra
Daniel Navarro




Para alguien como yo, casi todas las cosas aparecen tardíamente. Es quizás una forma de ser, o una cierta intrínseca necedad con la cual he tenido que pelear toda esta vida. La presencia de Octavio Paz es uno de esos casos que se lamentan en mi interior no refiriéndome a lo poco que pudiese quedarme de existencia, sino al hecho de que llegó demasiado tarde. Y no sólo eso, Paz llegó en forma voluminosa, acarreando una serie de rodajas sangrientas que todavía se deslizan por los caminos colectivos de la patria mexicana.

Su idea política no era extraña ni incitadora. El problema era la forma de plantearla. Su idea poética no es abstracta, sino que toda su forma de ser es un algoritmo. La sexualidad de un poeta sirvió para terceros abrevando en el infinito caudal del morbo.

La enfermedad de Paz me llegó un día no sé cómo, al escritorio, y le escribí una carta deseándole pronto restablecimiento. Yo vivía en un punto del caribe Mexicano. Un desconocido, era impensable que yo me atreviese a enviarle una nota.

En la geometría intelectual, la izquierda de Paz no existe. No al menos en el concepto de izquierda mexicana, esa profunda aberración digna de la continución de la clásica novela de Mary Shelley. La izquierda de Paz es un adversario intelectual abstracto, filosófico.

Paz se catalogó de derecha, por varias razones: porque aparecía en Televisa, porque despreciaba a la izquierda, por sus irritantes conclusines acerca de temas simbólicos, íconos de la izquierda: Cuba y derechos humanos, democracia en países de Europa Oriental, y no muchos más. Con eso era suficiente para tildarlo de derecha. Además no hay que olvidar que se le otorgó el Premio Nobel. Eso irritó hasta al más mesurado. No obstante, Paz no podía ser de derecha. Abiertamente decía que extrañaba a la izquierda como interlocutor. Esas no son palabras de derecha. Abiertamente escribía ideas de provocación.

Paz no puede aparecer con letras de oro en el Congreso de la Unión. En una extraña iniciativa de algún legislador, se propuso que se fundiera oro y se construyeran las letras que conforman su nombre. Una vez hecho esto, las letras se integrarían a una lista de personajes que adornan la fachada de una pared. No obstante, dicha iniciativa no prosperó porque se adujo, después de un análisis (profundo análisis quisiera decir, pero ya sería especulación de mi parte), que sólo los que contribuyen a la formación del Estado, pueden estar inscritos ahí. Los legisladores dijeron que Paz es un hombre ilustre, y que para eso está la Rotonda de los Hombres Ilustres. Punto.

La ráfaga de una violenta historia de guerra. No contribuyó a la formación del Estado. He tenido varias charlas con personas estudiosas del tema “Estado Mexicano”. Complejo. Hubo algunas voces de intelectuales mexicanos (pocas) que emitieron su desacuerdo. Yo coincido con los legisladores: Paz no contribuyó con la formación del status quo, esa malformación congénita llamada “Estado Mexicano”. Es más, creo que a Paz le resultaría vergonzoso que los legisladores mexicanos aprobaran que su inclusión. Se mancharía su nombre. Algún día, cuando la patria mía sea verdaderamente venturosa y justa, seguramente alguien recordará Piedra de Sol, y escribirá: “Un sauce de cristal, un chopo de agua, alto surtidor que el viento arquea”.

A veces pienso que el hecho de que aparezcan tardíamente ciertos eventos, es una forma de que se propaguen en mi existencia, y que apenas estén surgiendo no sólo en mí, sino en el universo entero. Si esto es cierto, Paz estará ahora en Vuelta, escribiendo acerca de La Llama, o Sor Juana, o acaso esté escribiendo algún ensayo sobre pintores franceses. En una trinchera, malgastando los dientes en discernir lo que en el interior del pensamiento florece, y la manera de transmitirlo.

El árbol del pensamiento, la arquitectura del pensamiento en cada rama y la raíz en lo profundo del tiempo. Paz es el latido de letras que dieron forma a una existencia extraña. No se sabe en qué tiempo nació ni el tiempo de su muerte. Es un espectro, una ráfaga en la oscuridad. El recuerdo, su recuerdo, es la vida traspuesta de la persona con quien se habla, cuando no se habla con nadie.








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PUNK GIRL

Punk Girl
Daniel Navarro



Gone. Forever. She disappeared completely. I do not recall our last goodbye. Perhaps there was no farewell, no sad fanfarre, no Mozart's requiem. Pricking memories out of my personal dust, I go to the attic in my head, I remember her two-bedroom, small-kitchen, quietly grading papers, and having me there. Coffee pot whistling. Embarrasing: her roommate got completely surprised to see a guy in her living room one Sunday morning. I lied, I betrayed, I did what a married man is not supposed to do. I cheated. No excuse, no even an attempt to.

She wanted to make love in the road. Right In the middle of if. How can a woman come up with such strange fantasies? I was doing fieldwork in a National Wildlife Refuge. I drove her to see the thick brushland and oak forest interspersed, as well as the loneliness I used to enjoy there. She started to undress while I was driving. Five minutes later, all naked, asked me to stop. I parked. Her skin was part of the horizon.

You remember her smile? We were at M's and his brother flattered her on her haircut. All punk. She was a punk outside, innerside she was a writer, an artist. A beautiful illinoian punky girl.

That night. Javelina Stadium. Hard. Chisel. Freezing. Stattering. Mumbling. That night, the she told me. We decided no. Told her I loved her. I would support her in whatever circumstance beyond the immediate that was about to come. Hammer. A deep dive. Went to Austin. Harsh. The attic in my head is still a lonely place, perhaps that's why I keep it shut. Perhaps you never knew this.

She took off. Or perhaps I left her. As usual. Memories take the role of real life when the latter is a different world. I feel guilty of causing pain, Plea guilty of making her and other women, suffer.

My gray hair, you saw it. Yes. That is a new look after a few years, My life is quiet, perhaps I will move to a cabin in the middle of a fir forest.

Men are enigma, you say. Yes. A true enigma. I agree. Perhaps she will appear sometime in the future. I still remember her voice. [If you happen to read me: "Howdy"]

Thanks for bringing memories this afternoon.

Besos





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miércoles, abril 23, 2008

ANDÉN

Andén, tu carta
Daniel Navarro


ángel de la guarda, dulce compañía, chavo con playera de méxico 70, snickers idos, chela como dodó: extinta y ni sus restos. Fruta con chile y limón: wow, tarde con lluvia: wow, tarjeta mental de sonrisa: wow, algo de utopías de Tomás Moro: escribirle a desconocidas. Mucho ojo. Sí, algo hay de eso, somos más desconocidos que antes, antes al menos no nos habíamos visto, hoy sabemos que...

bueno, hora de la siesta de la tarde, es impresionante el número de laptops en el aeropuerto, todo el mundo con la suya, no me desampares ni de noche ni de día, no hay que llorar, que la vida es un carnaval, hace mucho tiempo que...

ayer temía quedarme dormido, casi no he logrado conciliar el sueño estas noches, estoy intranquilo, ¿se avecina una tormenta? Nunca he creído tener las dotes de pitoniso, pero ahora que...

he puesto dos cartas que te escribí: reforma y otra, en mi blog, es curioso, algunas cartas, algunos trozos de texto me gustan tanto que los recorto y los pongo en mi colección de textos, no te había dicho, pondré este texto? no lo sé, puede que sí, aunque también puede que no, quizá porque...

de un tiempo para acá, algo pasa, no sabría precisarlo, termino la carta directamente desde el blog, se puede? no lo sé, ángel de la guarda, dulce compañía, no hace mucho tiempo, desde que...






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sábado, abril 19, 2008

VIRIDIANA

Viridiana
Daniel Navarro








--¿Por qué lee mis cartas? –le pregunté azorada al ver que desgarraba una esquina del sobre con los dientes y después la abría por completo. Desdoblaba las hojas y las repasaba cuidadosamente, siguiendo las letras con la boca.

--¡No puede hacer eso! –le insistía, aunque no me atrevía a arrebatárselas. Una vez leídas, las volvía a colocar en un sobre nuevo y lo rotulaba con cualquier nombre y dirección. A veces copiaba de otros sobres, pero la mayoría de las veces inventaba el destinatario. Cuando terminaba de escribir, pegaba los bordes con una goma pegajosa que se acumulaba reseca en un pomo plano y pequeño de vidrio. Me la mostraba y me preguntaba:

--¿Esa dirección es correcta?

--Sí –le contestaba tras leerla y descubrir que siempre era diferente--, cualquiera está bien.




“Desde que la conocí, abría mis cartas con la excusa de siempre, para asegurarse que no tuvieran ningún objeto punzo-cortante. Evidentemente era apenas una pálida explicación. Invariablemente las leía y al final me sentía yo mejor.

“Quizás yo soportaba estoicamente que ella leyera lo que escribía porque de alguna manera intuía que la gente no sabe lo que está haciendo cuando le está cambiando a uno su vida, y ella estaba cambiando la mía al escuchar el contenido de mis letras. Creo que entendía perfectamente el significado de la soledad. Me hubiera gustado agradecerle. Nunca tuvo idea, aún hoy el recuerdo me conmueve hasta las lágrimas. A lo mejor ya no estaría aquí, escribiéndote. En fin, a veces la vida es muy hermosa.”

“Viridiana se llamaba. Era empleada de la Oficina de Correos en la ciudad de México. Poco supe de ella, aunque adivinaba por su acento, que había vivido en el puerto de Veracruz. Alguna vez le pregunté pero evadió el tema. Algo me comentó de un gran amor con un ejecutivo, pero el final no había sido feliz. Opté por abandonar mis pesquisas porque mi propia soledad era tan agobiante que no me permitió conocerla a ella en mayor dimensión.

“Mi amistad duraría casi dos años, cuando semana a semana me aparecía en la ventanilla de estampillas y se repetía el rito de lectura tras desgarramiento de la carta, y nuevo rotulamiento.

“Posteriormente cayó enferma. Dejó de asistir. Cáncer fulminante.

“Alguien me dio su dirección. La capilla ardiente estaba solitaria.

“Cuando fui ayer a la ceremonia luctuosa, me acerqué al féretro a depositar una rosa y mi última carta. Dirigida a ella. Le daba las gracias por lo que había hecho por mí durante mis tiempos de ausencia y soledad. Con mis letras le agradecía infinitamente el que hubiera estado siempre leyendo mis cartas dirigidas a un anónimo destinatario, tan desconocido como inexistente.

“A veces creo que era una criatura marina. Cuando levanté la ventanilla para mirarla por última vez, estaba acomodada en el lecho final, acolchonado de satín. Mi mirada buscó sus ojos, diciendo adiós. Repentinamente, su cuerpo se cubrió de una tinta espesa de color morado oscuro. El líquido emanaba de todas partes no obstante, no se adhería a la tela interior del féretro.

“Por supuesto que ninguno de los vigilantes en la capilla ardiente me creyó cuando les pedí que vinieran a ver el cuerpo envuelto en tinta...

“No sé por qué te escribo esta carta si a final de cuentas eres un destinatario anónimo. La dirección que he puesto al sobre la invento y cualquier pueblo es apropiado.

“Mas, alguien debe saber que extraño a Viridiana. Nunca más la veré...”





II
Repentinamente todo quedó en silencio. La historia fue truncada cuando un pescador levantó los anzuelos y descubrió que en uno de ellos, un pulpo se retorcía. En el fondo marino, la topografía era rugosa y serena. La voz que arrullaba a los corales y a las esponjas había sido la del pulpo hembra que en ese momento desaparecía más allá del cielo de la superficie del mar. Ya no habría más historias. El mar se tornaba en una sala vacía. Las barracudas emprendieron su nervioso nadar en círculos. Los abanicos de mar, los corales y los nudibranquios perdieron su color.

El pescador desenganchó del cuerpo del pulpo hembra ese objeto punzo-cortante llamado anzuelo. Repentinamente, algo le llamó la atención. El motor se detuvo. Entonces se preocupó tanto que descuidadamente corrió para revisar y reparar la máquina. El pulpo cayó en una orilla envuelto en un dolor infinito. Su cuerpo rodó sin forma, la superficie de fibra de vidrio ardía.

Sin agua, con el sol encendiendo su piel, la brisa le reanimó los últimos momentos cuando la lancha se movió una vez reparado el motor. Intentó mover sus tentáculos, pero fue imposible. Sabía que había llegado el momento para cesar en su contar de historias que solventaban su soledad. El pescador dio un giro y regresó al campo de pesca. No se percató cuando el pulpo hembra emitió una carga de tinta, cubriendo su cuerpo con un color morado oscuro.

Debajo de la superficie del mar permanece un silencio inesperado. Las historias se acallaron desde entonces. Los abanicos solitarios y las esponjas se consuelan en el ritmo de las olas mientras las barracudas continúan su nervioso nadar en círculos.






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FRANCESA

Francesa
Daniel Navarro




Cuando le pregunté a mamá acerca de mi padre, me pareció que su respuesta ocultaba una sombra de dolor: me dijo que había sido fulminado por un rayo cuando se encontraba pescando y que su cuerpo se había extraviado en el mar. La mirada de profunda tristeza de ella me orilló a no querer indagar más y no volví a tocar el tema, hasta hace poco. La brisa en los poblados de pescadores es escasa y densa, pareciera que acarreara sargazo y lluvia. Mi niñez fue transitoria, pocos años de recuerdos tengo. Excepto algunos escasos y áridos juegos, mis recuerdos son extraños y asociados a los innumerables sitios donde vivimos por cortos períodos. Creo que todo eso contribuyó a que no haya podido entender mi zozobra.

--Mi pueblo no era grande, por lo que su extravío no había pasado desapercibido. Ya habían tenido noticia de que el prófugo de la silla eléctrica se las había ingeniado para cruzar el río que infructuosamente serpentea para tratar de separar destinos. Cubierto de lodo y semillas de sorgo, el espectro alcanzó uno de los canales que llevan a la ranchería donde el salitre avienta costras sin misericordia sobre los rostros del anonimato. El prófugo habría dormido en el abrigo de la libertad que brinda la lejanía de las rejas impuestas por ideas fundamentalistas y abominables. Él era parte de aquello que esa sociedad repudiaba y por ello le habían marcado la pena de muerte.

--Yo lo imaginaba rapado, tras las rejas en espera del perdón divino. No obstante, una serie de circunstancias lo habían llevado a un instante de gloria: el reo aprovechó miradas ciscunspectas, alianzas efímeras y sanciones predispuestas... y lo logró. Cruzó la puerta, se perdió en la noche sin rastro para los perros de guerra.

–Cuando lo conocí, no pude articular palabra, de miedo. Su calvicie cubierta por un gorro de campaña de un rojo intenso. Trazó los laberintos del extravío en cada una de las ciudades que se interpusieron en su andar, pero nunca perdió el sentido del sur. Tras dos noches de rondar por la ranchería donde vivía, por fin se dejó ver. Sus ojos verdes y cabello castaño no pasaron desapercibidos, más cuando trataba de disfrazar su lengua natal y pasarla por española. La risa de los que lo escuchaban provocaba un relajamiento de la tensión.

–“Jean Luc” fue entonces cuando me dijo su nombre, acompañando la voz con muecas y movimientos en manos y dedos.

--La salada esencia de la vida ocasionalmente se retuerce en la miel de un sendero desconocido. Jean Luc se integró por casi dos años a la vida de jornalero y la sombra de la persecución casi se desvaneció entre la pizca de algodón o cosechando sorgo. En ese tiempo, mi embarazo me provocaba náuseas pero intentaba aliviarlas con tragos a un fuerte licor que había encontrado en el pueblo y que se había hecho de su predilección.

--No obstante, es bien sabido que el olfato se desarrolla con la adversidad, y gracias a ello, la esquiva estrategia implicó mudarse con frecuencia de poblados, buscando alejarse de la frontera. mi amor por Luc se hizo adoración al ver su fortaleza, su deseo de salir adelante, por eso con mi vientre hinchado, en nómada por él me convertí. El paso por los campos agrícolas los convertía en momentáneos espantapájaros, suplantando inmediatamente a las aves en la rapiña de mazorcas, zanahorias y remolachas.

–Mis pasos sobre el lodo dibujaron el sendero desconocido de la felicidad, no descubrí otra cosa que el romance al aire libre, ternura de embarazo, muchedumbre de tres simultáneos que conciben el cauce en la brisa y la marea del follaje de los árboles.



El día que salió a pescar –me dijo mi madre--, había sido anteriormente noche de tormenta. Confió en su instinto y se adentró sin compañía en un mar que era adverso. El oleaje, los sonidos desconocidos de voces que no habíamos escuchado con anterioridad. Azules uniformes como las olas luciendo condecoraciones de un espacio vacío. Le grité al mar que no se lo llevara, le imploré y luché con nuestros cuerpos. Jean Luc me dijo que regresaría para conocer tu sonrisa (“Francesa” te llamaba) y que confiara en el viento del norte. Me dijo que éste lo retornaría en un otoño de nuestra existencia. Poco después le cayó un incendio por el cuerpo y quedó a la deriva en un mar donde se extravió su cuerpo.



Hoy desciendo de este vagón de ferrocarril y la tarde es fría, anteriormente la noche había sido de helada. Vine a ver a mi padre. Percibo que habla y me hundo en un mar de verdes miradas, como los ojos que le heredé. Imagino su acento que intuí y adopté desde niña... La marea de sentimientos se me precipita en una tarde de otoño, en este viento gélido que me revuelve el cabello. Las manos me tiemblan y deposito un pequeño ramo de violetas sobre el pasto. La sensación en ese instante cambió y repentinamente el clima de hielo se disuelve en una sensación de quietud. Siento que mi cuerpo se hincha de viento frío, contengo en mi cuerpo una fuerza capaz de volver la marea. Movida por un extraña y pacífico motivo, desando el camino y llego en la noche para esperar el ferrocarril que me llevará de regreso.

El camino del sur es siempre más cálido.






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LA SELVA DE INGRID OLMSTED

La Selva de Ingrid Olmsted
Daniel Navarro



“Olmsted de Homestead”, era una de sus bromas cuando la conocí, ya que rimaban su apellido y la ciudad de donde provenía, en las cercanías de los Everglades de Florida, allá por 1985. La Doctora Ingrid Christine Olmsted fue una destacada investigadora de la ecología tropical de Quintana Roo y Yucatán, ambientalista de corazón. El documento que presento es una recopilación del pensamiento científico producto de su trabajo respecto a la ecología, conservación y manejo de selvas tropicales. Con ello le rindo un homenaje póstumo.

Pensamiento ecológico número1.- No se encontró evidencia que el paso de los huracanes en la Península de Yucatán presente impactos significativos sobre el bosque tropical maduro. En ausencia de incendios forestales, el impacto sobre la estructura forestal se manifiesta como una pérdida en el área basal general del bosque, así como en extinción local de árboles de Brosimum (ramón) y de otras especies.

Pensamiento ecológico número 2.- Las modificaciones introducidas por la acción humana se manifiestan en forma severa en los cultivares de arroz de la zona sur de Quintana Roo, asimismo, el cambio de uso en las áreas ganaderas del sureste de Quintana Roo, y en la sucesión vegetal a partir de plantaciones de henequén en el Estado de Yucatán.

Pensamiento ecológico número 3.- La palma de chit es considerada por la norma oficial mexicana como amenazada debido al uso intensivo y al cambio de hábitat, por lo que existe una veda total sobre la extracción de chit, provocando su tala clandestina y sin control. Un cambio en la norma oficial mexicana puede lograrse mediante una propuesta de plan de manejo para esta especie, basada en estudios de dinámica poblacional, por lo que es necesario desarrollar los planes de aprovechamiento de dichas poblaciones, de tal manera que se garantice su conservación y la generación de fuentes de ingresos para los pobladores locales.

Pensamiento ecológico número 4.- La investigación científica en la conservación ecológica es prioritaria. Ingrid trabajó en varias áreas, desde los humedales de Florida, el Jardín Botánico de Puerto Morelos, el área de barras arenosas de Holbox, el parque nacional Dzibichaltún, todos ellos áreas naturales protegidas.

Pensamiento ecológico número 5.- Desarrollar líneas de investigación específicas para la selva baja inundable. Ella es una pionera en la generación de conocimientos sobre una forma especial de selva que se desarrolla en áreas con gran stress por inundación. Estas formas de vegetación son peculiares y originan gran cantidad de adaptaciones para resistir los extremos de inundación por agua dulce y la sequía estacional.

Las contribuciones de la Dra. Olmsted se ampliaron a otros campos relacionados con las selvas bajas inundables, en particular en aspectos de coevolución de organismos asociados a las bromelias. Asimismo, a partir de Florida emerge su experiencia en el manejo de información de grandes áreas, particularmente a partir de su destacado mapa de vegetación de Shark Slough en los Everglades, originalmente elaborado a principios de los ochenta y actualizado en 1997. Esta experiencia fue puesta en práctica con sus esfuerzos por establecer un mapa de los tipos de vegetación para la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, a través de los esfuerzos de los pioneros en el establecimiento de esta área natural protegida de Quintana Roo.

Ingrid Olmsted recorrió infinidad de caminos pero no creo que haya habido nada tan especial como las veredas de Sian Ka’an. Estas veredas significaron mucho para ella. Particularmente en los tiempos de gestación de esta área, recopilando la enorme base de información que se gestó para formular esta iniciativa.

La conservación ecológica, la reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, las tempranas discusiones en Tulum y en Felipe Carrillo Puerto para el programa de manejo de la reserva, el Jardín Botánico Alfredo Barrera, todos estos fueron aspectos importantes en las investigaciones científicas de una investigadora de raíces germanas, solitaria, amable, compleja, inteligente, irreductible.

Entre Sian Ka’an y ella se desarrolló una relación especial, imperecedera, y lo muestra su decisión de que su cuerpo fuera cremado y sus cenizas esparcidas en la reserva ecológica. Sian Ka’an recibió las cenizas de un ser humano que le dedicó años de su vida de mujer, para integrarlas a su ecosistema. De esta forma, en Sian Ka’an los restos del cuerpo viviente de Ingrid son parte inmortal de las raíces, las hojas y el rocío de las mañanas. En Sian Ka’an las manifestaciones de amor, compañerismo, esperanza y cura contra la fatiga, fueron inesperadas, ocultas, crípticas, encerradas en el movimiento de las hormigas y de los colibríes alrededor de las bromelias.

La última vez que vi a Ingrid Olmsted fue durante la presentación del libro sobre el Jardín Botánico en Puerto Morelos, hace varios años. “No recordaba cuán blanca eres” le dije a Ingrid, sorprendido por el color de su piel. Ella se rió y me dijo: “es que tienes mala memoria, Daniel.”




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PINGÜINO DE MAGALLANES

Pingüino de Magallanes
Spheniscus magellanicus
por Daniel Navarro


Una rosa es una palabra de aliento,
un beso de vigilia, un andar en silencio.
He leído tus últimas cartas,
esas donde me revelas tus acontecimientos,
lo que pasa por tu existencia.
Las he vuelto a leer muchas veces, tanto
que casi me aprendo tu acento al
hablar.

Un amén es el término de la oración, la clausura del abrazo,
la sonrisa tuya justo antes de entrar a la oscuridad total.
He percibido los cambios,
los caudales de las clepsidras,
los andares de tu preciosa existencia.

Imagino lo que vendrá,
los caminos que se recorren de antemano,
los pozos en cuya agua se anticipa la sed
de mi boca por la tuya.

He ido al fin del mundo
contigo,
sin más armamento
que tu nombre para conquistar un continente.
He dormido contigo, he sentido tu abrazo,
tu voz que me llama para decirme que amanece
mientras estoy en entre sueños.

Algunas canciones atraerán algo del momento
de otras personas que nos moran desde el pasado
y nos sobreviven para el futuro,
las citas inconclusas, los besos que permean en la atmósfera
cálida de la primavera.
Casi termina tu verano,
mi invierno todavía no cesa de morir.
Pero escucho sus movimientos en la huida.

Mientras suceden las cartas, mientras escucho tu voz,
los besos se me escapan como pájaros de la jaula
donde los alimentaba
con las esperanzas de un futuro siembre escurridizo.

Mi culpa. Mis golpes en el pecho. Mi culpa.
La desbandada de pájaros me entristece.
Lucho por mantener alguno.
La puerta es apenas una sombra,
la jaula es de arena de mar
lavada por las olas.
Tus besos: pingüinos de Magallanes.

Te he amado.

Has sido mi sueño, mi esperanza, mi noche en el día,
mi primavera en el invierno. Has vivido dentro de mí,
y mis letras te buscan, te llaman, te revelan mis
intimidades: te he amado.
Has sido un rencor contra mí mismo,
una rebelión contra mi propia existencia,
has sido la calidez de un beso
que todavía no se enfría de mis labios.

Te he extrañado todos estos días,
y me llena el pecho de orgullo el saber
que me has escrito alguna vez,
que me has dicho "te quiero"
en momentos de solsticio,

que acaso me has amado también.

Miré la luna anoche. Miré el firmamento,
y te he dicho
eso que sabes.
Te amaré siempre.
Porque eso que mora y que florece,
no puede ser sino la continuidad de un sentimiento
que encontró en nosotros el espacio entre el ayer
y el mañana.

Siempre.

en temor. en oscuridad. en ansiedad. en dolor. en enfermedad. en ausencia. en felicidad. en el ahora. en el horizonte. en el canto de un petrelillo. Y en el aullido del mar.




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jueves, abril 17, 2008

CERA LIQUIDA

Cera líquida

Daniel Navarro




 

Frente a mí,
tu desnudez enciende
la noche

de mi habitación, nuestra,

intensamente.

Tus brazos
mis brazos, me rodean

mi espalda y tus piernas,

que me atrapan la cadera,
 que están fuertes,
conteniendo.

Es un inicio de luna,

y de amarnos,

 derramamos
cera líquida,

roja,
transparente,
blanca,

cubriendo nuestros cuerpos,
encendiendo.

Cera nuestra, brillo de piel,

 arde,
cera,
arde,
cera,
arde,

impregna de aroma
vientres, vidas


Arde,
cera,
arde,
consume,

lanza al cielo
pirotecnia, susurros, magia,

 y envuelve con tus colores
iridiscentes.


Cera líquida, tú:

 cera viscosa,
materia de fuego,

 arde nuestros cuerpos
por dentro,

que la luz no se extinga,

 que no se apague el fuego,

 árdenos para siempre,
ella, yo, combustible,

 follaje seco inmolado

 eterno,

bañados
por la fuerza, el fulgor,

 el fuego que alimenta.


Cera líquida,
arde por tiempo en siempre,

 y después que los cuerpos
cenizas con aroma sean,

la brisa,
una noche de septiembre,

nubes, tormentas, relámpagos,

detendrá,
y leve viento

 generoso,
cubrirá las huellas
de la arena sobre el mar.









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TU BATALLA PERDIDA

Tu batalla perdida


Daniel Navarro


Si la manzana de Newton

fuera más ligera,

no le habría tocado su cabeza,

ni se hubiera lanzado el genio

a su loca aventura

por la Gravitación Universal.

Si hubiera sido vegetariano,

terminaría la dichosa fruta

en su plato matinal…

Pero la manzana quedó ahí,

viendo el paso del tiempo.

La Física emergió

de las semillas de manzana
germinadas;

Se inventaron resortes,
palancas,

y otros artefactos

raros y novedosos.

Hasta que alguien inventó

un adminículo frío y sincero

como el espejo:

el aparato para medir el peso.


Con ese invento
coartaron 
tus sueños
de quesadillas y antojos

y te mira divertido
y atestigua

tu batalla perdida,

y traduce en kilogramos

tus escapadas,
a hurtadillas,

con la glotonería.









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PIRÁMIDE DE UXMAL

Pirámide de Uxmal


Daniel Navarro



Quiero morir en julio

bajo el embrujo del escorpión 
volando
en el cielo nocturno,

luz de un cuarto creciente.


Sentirás mi alma errando

cuando levantes la mirada
y veas 
al papalote dirigido hacia la luna.

Entenderás mi intento,

comprenderás mi locura del tiempo,

recibirás mi amor ignorante y primitivo,

solitario,
inacabable.


Habla en silencio,

amalgama tu voz al enigmático 
canto
de las ranas y las chicharras,

sonríe a la distancia y quizás

percibas mi olor a bugambilias

resquebrajadas en flor
por la lluvia.







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ABECEDARIO

Abecedario
Daniel Navarro


En los días vividos

del abecedario,
hemos

Amado,
Bebido,
Cancelado Días Enteros,
Fijándonos,
Gustándonos,
Horadando Intimidades,
Juntando Kilogramos,

(Lamentándolos),
Muriendo Nosotros,
letras extrañas,
Oyendo Piano,
Quizás Rezando,
Sintiendo Tus Únicas 
Verdades,
dobleú,
equis,

Y

cuando la última letra 
del abecedario llegue,

aquella que empieza con la primera,

Amor,
Adiós…

¿me lo dirás?







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miércoles, abril 16, 2008

DESDE EL FIN DEL MUNDO

Desde el Fin del Mundo
Daniel Navarro


Este año transcurre (anida en otro nuevo)
mientras existas habrá (color en cada rincón del cielo)
mientras exista yo vivirán (las esquinas un instante de luz)
¿Tendremos acaso el momento (juntos)
en un punto a la orilla de este planeta?
(sobre nuestro cuerpos)
escribir el prometido
("Diario:
Letras vivas
desde el fin del mundo").


martes, abril 15, 2008

LAS FLORES DE REFORMA

Las Flores de Reforma
Daniel Navarro


Un abismo, un tren, un visionario. Invariablemente tres. Me atrae el precipicio, el dramaturgo y el sueño.
Dos. Milenario y efímero.
Uno. Ahora me lees.
La nada. Un retroceso hacia el ayer me indica que hay cosas que no se han cumplido.

Veamos.

Tres.-Un hombre se quiso a sí mismo tanto que se olvidó de los demás. La mujer que estaba a su lado era su madre. Pero tampoco lo veía, porque se quería demasiado a sí misma. Y se olvidó de su hijo. Afortunadamente, un gato veía la televisión, y se entretenía viendo videos de Animal Planet. Aprendió poco a poco. De tanto mirar la televisión aprendió (al menos en teoría) a cazar monos y cocodrilos. Supo de los recovecos de las planicies africanas y del Amazonas.

Dos.- Una pareja se asciende con las confesiones de un amor perdido. Ella, alimentando el deseo de volver a ver su sonrisa. Él, de mirar lo que sucede en el siguiente párrafo. No hay secuencia, la historia es tan predecible.
Variar el movimiento.
Hacer girar la tierra.

Uno. Ahora escribo a una persona que viaja. Martes. Mirará una montaña, una curiosidad geológica reminiscente de los árabes y de la conquista de España.

Ayer admiraba a Gengis Khan. Hoy siento su historia recorrer el cuerpo geográfico de un sueño. Se me cae la dentadura de los golpes que me propina, pero lo veo desfallecer. Venzo en la batalla. Imperio Mongol.

¿Cuándo volveremos a vernos?

Una flor marchita, un narciso, tres o cuatro en realidad. Así es la coincidencia. Tres o cuatro escritorios en un edificio de Polanco. Las flores secas, los bulbos. La amistad es como esas historias que se cuentan en momentos no anticipados. Historias verdaderas o ficticias. La amistad es impredecible.

Miro con cierto alborozo que las flores se han ido de Reforma.

¿Dónde están?

Había una vez un silencio.

Lo interrumpió tu estornudo.

Y me dedico a contarte historias que no tienen sentido.

Oh, la vida.

LA VENGANZA

La Venganza
Daniel Navarro



El amor es ese estadio en el ciclo vital de un organismo que a veces está en su forma habitual, y a veces como disfraz.
En su forma habitual, el estadio amoroso es aquél en el que la identidad se trasmuta, los nombres se pierden de manera voluntaria.
Es parecido a la guerra, ya que se conquistan nuevos territorios y se defienden con la vida los pedazos apropiados.
Es parecido a la tregua, porque la bandera blanca, cuando se ondea, usualmente se respeta.
Es parecido al asesinato, ya que la víctima puede oponer resistencia y la única manera de doblegarla es privándole de su existencia. Es parecido a una corrida de toros, en donde aquél que esgrime la espada, vence.
Y también es parecido al olvido, porque una vez que se concluye el estadio, duele.
Es cuando sin misericordia, acomete la nostalgia, que no es otra cosa sino la venganza disfrazada de ese sentimiento que denominamos amor. Y da pelea.

Yo. Parece que empecé las cosas al revés, con más nostalgia que amor, con más deseo de pelea que de paz. He querido doblegarme a mí mismo. Y al escucharte decir tu nombre, me lleva con urgencia, como dice el poeta, a preguntarme:
"Compañeros poetas, tomando en cuenta los últimos
sucesos en la poesía, quisiera preguntar, me urge",

¿cuál es mi nombre?

Y da pelea.






P.S. Las palabras entrecomilladas provienen de "Playa Girón", Silvio Rodríguez.

miércoles, febrero 06, 2008

BLOG DE FEBRERO: SALSA RETRO

Daniel Navarro Blog de febrero: Salsa Retro



Consideremos algunos hechos: La salsa surge a partir de la conjunción de tres elementos fundamentales a) una base musical extensa derivada de la época de las grandes bandas, con ejecutantes latinos de muy alto nivel en los Estados Unidos; b) la unión de elementos de gran educación e inspiración musical: Blades, Colón, Lavoe en voces, con Tite Curet Alonso y otros maestros en letra, composición y arreglos; c) la firma Fania All Stars, que pudo conglomerar voces y virtuosismo en una sola firma.

Básicamente puertorriqueña, la salsa pudo emerger de una manera similar al proceso que condujo a una extraordinaria creatividad en la música tradicional cubana. A través de la coincidencia de diversas micro culturas en un solo lugar, luchando en forma similar bajo condiciones adversas y de aislamiento, y con un elemento fundamental aglutinador del lenguaje: la raíz poética española. De esta manera, se gesta un fenómeno musical de gran complejidad que comprende muchos de nuestros países hispanoamericanos. Y sorprende.

Las labores creativas de un puñado de pioneros, con sus propios espejismos, tragedias, ilusiones y fuerza política, rebasaron los límites impuestos por condiciones musicales locales, e impulsaron un mensaje completo a nivel continental. Este mensaje pudo dar cabida a renacimiento y rescate de elementos culturales, la incorporación de la base poli-rítmica africana con la poli-tonalidad occidental, y al mismo tiempo abrigó una poética musical con fuerte carga de ópticas individuales, existenciales, filosóficas.

Salsa retro, es un conjunto de golpes en mi puerta (todo es puerta, basta le leve presión de un pensamiento, dice Octavio Paz en su “Salamandra”), cuyo sonido pongo a su consideración este mes de febrero, mes de carnavales, baile y mascaradas. Salsa retro: conjunto de ritmos afroantillanos, saliva de continentes que mutuamente se inseminan entre besos, décimas y reclamos de congas.






San Valentín
Si vivir es una casi amistad
que transforma inertes objetos
en rojo viento a dos voces,

(en casi camino desde tu piel a la mía);

porque vivo te escribo, me transformo
porque vivo aspiro a tu viento,
porque vivo andaré ese camino.

(Gracias por venir. Por vivir.)

Porque existo recuerdo tu espalda,
...que brevemente mostraste casi sin advertirlo.
Porque la palmera y el leopardo
...los atardeceres que siento en el abdomen.
son las rocas del Chichinautzin en mi jardín.

(¿Permitirás a mis ojos torvos y siniestros
recorrer el infinito rumbo
de tu pubis eterno?)



Este mes en el blog:
Salsa: Notas acerca de la forma y el fondo
Oleaje
Ángeles y demonios
El Chopo
Signo zodiacal




Obituario: descansa en paz, Andy Palacio, líder de la cultura garífuna. Te recuerdo.
(Los garífuna son los descendientes mestizos de indios arawak y esclavos negros que se dispersaron en Belice, Guatemala y Honduras.)





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SALSA: NOTAS ACERCA DE FORMA Y FONDO

Salsa: Notas acerca de forma y fondo
Daniel Navarro



Me he propuesto elaborar una serie de perspectivas a partir de mis limitados conocimientos en la historia de la música, y en la trayectoria de las danzas africanas en el Nuevo Mundo. Para ello, he tomado el caso de la salsa, ya que considero a esta música – danza, como una de las manifestaciones que alcanzaron la cúspide hacia fines del siglo pasado, y que en los albores de este milenio, representan uno de los puntales hacia la re-definición de la cultura latinoamericana. Observo temas de forma, y procuro llegar a las encrucijadas de fondo. En este texto incluyo aquellas formas musicales, lenguajes y ritmos que si bien no son salsa propiamente dicha, pienso que enriquecen el panorama del pensamiento creativo de nuestros pueblos.


Sóngoro cosongo de mamey / Sóngoro la negra baila bien
De acuerdo con Leymarie, los lenguajes básicos de la cultura cubana (y puertorriqueña, quizás deberíamos añadir) son: Bantú (básicamente de África central), y otras lenguas que se conjugan y vocablos sobreviven hasta la actualidad, particularmente aquellos relacionados con la religión.
A través de una occidentalización politonal y polirítmica, la salsa elude con frecuencia la religiosidad intrínseca en los ritmos de mayor afinidad africana tales como en los casos del son o más claramente del guaguancó. No obstante a través de las letras poéticas, la salsa permite alcanzar una dimensión profundamente nueva, sin dejar de evocar el pasado común. Su tridimensionalidad, las tres partes que componen una composición de salsa, abren un espacio muy amplio para la improvisación, la recolección de memorias, la abstracción en las ideas, la exhumación de los muertos. Una muestra es Sóngoro Cosongo, poesía que incluye Nicolás Guillén en su recolección bajo el mismo título. Un poema, desde luego, más desconozco qué fue primero, un canto tradicional (poesía anónima, digamos), posteriormente restaurada por Gillén. En tanto descubro la respuesta, compartamos a continuación la extensa versión de Héctor Lavoe.

Sóngoro Consongo
(Autor desconocido)
Voz e improvisación: Héctor Lavoe

¡Ay negra!
si tú supiera

que anoche te vi pasá 
y no quise que me viera.

A él tú le hará como a mí,
que cuando no tuve plata

te corriste de bachata sin acordarte de mí.

(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Sóngoro pregunta usté de qué, sóngoro le digo sóngoro que fue

Aé,
vengan a ve,
aé,
y a comprendé
Vengan, sóngoro cosongo,
sóngoro cosongo de mamey.
Vengan, sóngoro cosongo,
sóngoro cosongo de mamey.

Mi negrita a mí me dijo que me fuera pal batey

Songo,songo, sóngoro consongo songo de mamey
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
si quiere bailar, pues baila mami, que tú te mueve muy bien
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Ni a Teresa ñi a Tomasa ni a Teresa ñe Iñei
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Ay mírala cómo baila, pegadita de los hombres, tú ve
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)

Mírala como camina mima, su traje le queda bien
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
qué negrita perfilada, todos la quieren tener
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)

Chisón , chigón, chiri chiron chirón de mamey*
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Te lo digo en “jeringoza”, en español o en inglé

(Sóngoro pregunta usté de qué,
Sóngoro pregunta usté de qué)
(Sóngoro pregunta usté de qué,
Sóngoro pregunta usté de qué)

Tú me está volviendo loco y no me explico por qué
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Será como tú te mueve o será como te ve
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Un pasito para lante y devuélvete al revé
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Ay a mí me patina el coco cuando la veo oiga usté
(Sóngoro pregunta usté de qué)
(Sóngoro pregunta usté de qué)
(Sóngoro pregunta usté de qué)
(Sóngoro pregunta usté de qué)

Mira cómo baila Macorina, lo baila en un solo pie
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Y dejó el guiro en la casa, lo dejó a Bartolomé
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Tumbaíto mamá, tumbaíto tú vé, tumbaíto qué rico, mamacita tené
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Déjala que corra lejo, que un día yo la agarraré
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Sóngoro le digo, sóngoro que fue,
Sóngoro le digo, sóngoro que fue,
Sóngoro le digo, sóngoro que fue,
Sóngoro le digo, sóngoro que fue,
Sóngoro le digo, sóngoro que fue,

Dile mamacita, dile donde te encontré
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Cuénteme lo que está pasando en Bélgica que muy pronto lo veré
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Que viva la negra menta los negritos del batey
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Dime si entendiste el soro cosongo, si no lo entendiste lo repetiré
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)


Existen varias versiones disponibles en Internet, no obstante, he tratado de capturar la esencia de la dicción de Lavoe tanto directamente de la grabación musical como del análisis de los pocos videos que sobreviven. Algunos versos adicionales improvisados por Lavoe son:

Ay mírala como camina
Tiene un traje mas arriba de las rodillas, aunque tiene las pata flaca muy bonita se le ven
Ay viene la negra que me rompe el coco, no digo su nombre pues no viene al caso
Yo la conocí en Bélgica por el puente de la sei*
Chisón chibón chirí sisón cuchirí chibón chisón*


* es una escrituración imperfecta, me es imposible discernir palabras y su significado.





Ritmo y fondo: educación
La escrituración de la salsa requirió de la notación tradicional tonal, así como de especificidades y adaptaciones para los ritmos africanos que difícilmente pueden ser cifrados en la escala tradicional occidental. La musicalización de Tite Curet Alonso es crucial en el desarrollo de la salsa, desafortunadamente, a pesar de los avances legislativos en materia de derechos de autor, la salsa es un género (al igual que los pertenecientes a ritmos denominados afroantillanos), no han podido reivindicar los derechos de música protegida por la ley. Curet, a pesar de su enorme abanico de ideas poéticas y musicales, no recibió la recompensa justa para un trabajo excepcional. Los compositores de bolero que pudieron hacer emerger proyectos musicales, si bien en forma incipiente, actualmente se encuentran integrados a las regulaciones de derechos de autor.



Mi vida, luna (Negra)
La salsa alcanza una expresión sublime a través de las voces de Héctor Lavoe, Willie Colón, Rubén Blades, la poesía puertorriqueña. En México se escucha a Alberto Barros (Colombia), Guaco (Venezuela), las actualizaciones de Alquimia. A continuación me permito llamar a Rey Ruiz con su propuesta elaborada, completa y redondeada en “Luna negra”. En cursivas el cantante acompañado del coro de voces de la orquesta. En esta interpretación me parece muy interesante la interacción música, percusiones, voces y crescendos rítmicos, con una distancia considerable de las raíces africanas.

Luna Negra
Autor: desconocido
Intérprete: Rey Ruiz

Me abandonaste cuando más falta tú me hacías
Y me borraste como a un sueño que se olvida

Ahora sé lo que siente en el dolor
Ahora sé que se sufre por amor

La soledad, ya se apodera de mis días
Y el pensamiento se me gasta con la vida

No sé si estoy libre de culpa o soy culpable
Si no es contigo, no seré nunca de nadie.

Y vi la luna negra y negras las estrellas
Cuando te vi partir
Y el consuelo ya no basta
¡Y qué no haría!

Y vi la luna negra, también mi vida negra
Al ver que te perdí
Pero queda la esperanza de otro mañana,
¡un día!

La soledad, ya se apodera de mis días
Y el pensamiento se me gasta con la vida

No sé si estoy libre de culpa o soy culpable
Si no es contigo, no seré nunca de nadie

Y vi la luna negra, y negras las estrellas
Cuando te vi partir, y el consuelo ya no basta,
¡Y qué no haría!

Y vi la luna negra, también mi vida negra
Al ver que te perdí
Pero queda la esperanza de otro mañana, ¡un día!

Y vi la luna negra, al ver que te perdí
Le falta luz a mis días, estoy a oscuras sin ti
Y vi la luna negra, al ver que te perdí
Y no sé si soy culpable o si estoy libre de culpa
Y vi la luna negra, al ver que te perdí
Y el consuelo ya no basta, sin ti mi vida (nena) ya no es vivir.

Y vi la luna negra (esa noche), al ver que te perdí
me dejaste alucinando y hasta hoy no me he curado
Y vi la luna negra (y mi vida también), al ver que te perdí
Y ahora sé lo que se siente en el dolor
Y vi la luna negra (como mis penas), al ver que te perdí
pero aun me queda la esperanza de ver la luna nueva junto a ti.



Diversidad y pop
Gloria Estefan contribuye en forma importante a través de su disco “Mi Tierra” en la actualización de la música cubano-puertorriqueña, en un escenario fuertemente dominado por música sajona en un país latinoamericano como lo es México. Asimismo, cunde como pólvora el mensaje suave y melódico de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez a través de la denominada Nueva Trova, un modo de comunicación fuertemente dependiente en la ejecución de la guitarra, y de complejos giros poéticos de mezclada naturaleza. A través de la breve conversación con Milanés en la Isla de Holbox, me pareció un artista en una calma que precedía a la tormenta. Su concierto en Cancún, a beneficio de la comunidad de esa isla me dejó ver una personalidad generosa.



Me lo dijeron las rosas: eres tú su libertad
La salsa es la occidentalización total de la cultura musical africana, y al mismo tiempo la africanización máxima de la cultura musical del siglo XX en occidente. No obstante, una cosa es decirla, y otra atestiguarla. Esta larga travesía inició hace siglos, con la mezcla creativa de fuentes africanas en la geografía antillana y en algunos selectos países del continente americano de habla hispana. Es dable reconocer que en el mundo de habla inglesa tal fenómeno también se manifestó en géneros musicales propios de la cultura norteamericana, particularmente blues, gospel, y por encima de todo: jazz. No obstante, y encuentro el parteaguas: la poética estuvo mucho más desarrollada en el horizonte hispano. Las letras, a través de la trova, ampliaron los espacios propiamente musicales, hacia horizontes derivados de décimas y otras peculiaridades de la escritura y poética española. Por ello traigo el recuerdo siguiente:

Estuve en el domicilio de un extroaordinario artista cubano, hace años: Pedro Luis Ferrer. En condiciones de período especial, la música floreció, en una parte de su casa estuve, en su estudio. Su genio me mantuvo en silencio, escuchando sus rincones vitales, acompañado de un coro gentil y educado. Repaso ahora su alegórica “Mariposa”. También recuerdo el pastel rosa que fue ofrecido a manera de celebración. Trova y fuerza, mensaje y esperanza. Poderío.

Mariposa
Autor: Pedro Luis Ferrer
Voz: Lena Ferrer

Mariposa me retoza la canción junto a la boca
Y tu imagen me provoca florar en ti mariposa
Un lamento me reposa como un mar de juramento
En tu figura yo encuentro la existencia de las flores
Porque perfecta en amores te siento como un lamento,
Porque perfecta en amores te siento como un lamento.

Mariposa cual llorosa canción que en ti se hace calma
Vienes calmándome el alma con tu volar, mariposa
La libertad de una rosa es vivir en la verdad
Yo sé que hay felicidad en cada flor que te posas
Me lo dijeron las rosas: eres tú su libertad,
Me lo dijeron las rosas, eres tú su libertad.

¡Ay mariposa!
Contigo el mundo se posa en la verdad del amor
Sé que en el mundo hay dolor, pero no es dolor el mundo,
Sé que en el mundo hay dolor, pero no es dolor el mundo.

Soy tu amigo soy testigo de cómo sin daño vives
Eres la paz, tú persigues al que te mata al amigo
En tu dulzura me abrigo y entrego mi mente pura
Así la vida me dura eternamente la vida,
Y no hay una sola herida que no detenga dulzura,
Y no hay una sola herida que no detenga dulzura.

Tu paz me llena, no hay pena que pueda acabar contigo
El amor es un amigo que trae paz y que te llena
Por mi aliento cada vena que por el cuerpo presiento
Es como un sol que no intento apagarlo con tristeza
Porque pierde la belleza del amor y del aliento,
Porque pierde la belleza del amor y del aliento.

¡Ay mariposa!
Contigo el mundo se posa en la verdad del amor
Sé que en el mundo hay dolor, pero no es dolor el mundo,
Sé que en el mundo hay dolor, pero no es dolor el mundo.



La salsa en México
Dentro de la geografía mexicana, la salsa esté mayormente representada en la ciudad de México así como en otros puntos de relevancia. Cancún es un enclave salsero de actualidad, probablemente asociado a la afluencia de cubanos. Asimismo, en términos de creatividad destaca el Puerto de Veracruz donde incluso hay grupos de fuerte ascendencia cubana y puertorriqueña que ejecutan música tradicional con sonidos y letras nuevas. En el caso de la Juventud Sonera, adquiere mayor relieve la adaptación de la letra original para fusionarse con la circunstancia jarocha. Las líneas de “Marieta” (original de Ibrahim Ferrer) son el ejemplo más claro.

Marieta
Ibrahim Ferrer
Versión jarocha de Juventud Sonera (Veracruz)


A mí me gusta que baile Marieta
Yo quiero conocer a Marieta
A mí me gusta que baile Marieta
Me han hablado bien de esa prieta
A mí me gusta que baile Marieta
Yo te voy a llevar con Marieta
A mí me gusta que baile Marieta

Marieta por un trabajo ay Dios Me cobra tres cuatro reales ay Dios
Marieta por un trabajo ay Dios Me cobra tres cuatro reales ay Dios
Mi vida no seas carera, ay Dios Yo puse los materiales

A mí me gusta que baile Marieta
Mira que bailando de nada se queja
A mí me gusta que baile Marieta
El pollo bailó con Marieta
A mí me gusta que baile Marieta
Vamoa baila con Marieta
A mí me gusta que baile Marieta

Marieta se fue a estudiar ay Dios En la escuela de la vida ay Dios
Esperanza no tenía ay Dios Sufrir era su cantar ay Dios
Por un hombre malnacido ay Dios Vivía en pena absoluta ay Dios
Y ahora que se ha recibido ay Dios Ella trabaja de p…lanta

A mí me gusta que baile Marieta
Dime tú en qué trabaja Marieta
A mí me gusta que baile Marieta
Si desafina te enseña la letra
A mí me gusta que baile Marieta
Camina por la noche Marieta
A mí me gusta que baile Marieta

Para cuando yo me muera ay Dios Mandé hacer ya dos cajones ay Dios
Para cuando yo me muera ay Dios Mandé hacer ya dos cajones ay Dios
Uno es paque eche mi cuerpo ay Dios El otro pa los millones ay Dios

A mí me gusta que baile Marieta
Es que son tremendo millone
A mí me gusta que baile Marieta
Que no me caben ni en lo pantalone
A mí me gusta que baile Marieta
Tantos millones con olor a bacalao
A mí me gusta que baile Marieta

A un niño de 15 año ay Dios Lo regañó su abuelita ay Dios
A un niño de 15 año ay Dios Lo regañó su abuelita ay Dios
Porque lo encontró en el baño ay Dios Jugando con Manuelita

A mí me gusta que baile Marieta
Le gustaba jugar a las canica
A mí me gusta que baile Marieta
Tángara mueve al hoyito mi agüita
A mí me gusta que baile Marieta
Chica tan chiquita cayuco y cayucón
A mí me gusta que baile Marieta

Yo vi alla en Playa Vicente ay Dios A la orilla de un arroyo ay Dios
Yo vi alla en Playa Vicente ay Dios A la orilla de un arroyo ay Dios
A una muchacha agachada ay Dios Echándose agua en la frente

A mí me gusta que baile Marieta
Santos y diablo pasaron por mi mente
A mí me gusta que baile Marieta
El agua se puso caliente
A mí me gusta que baile Marieta
Que no me fijo y me lavo lo diente
A mí me gusta que baile Marieta

Vamos a bailar con Marieta
Te voy a presentar con Marieta
Para que tú baile con Marieta
Te voy a llevar con Marieta
Vas a conocer con Marieta
Hoy tú vas a gozar con Marieta
Vas a cumbanchar con Marieta
Esa negra sí que aprieta con Marieta
Tú ya estás rumbeando con Marieta
Te la está gozando con Marieta
Juventud sonando con Marieta
Mira cómo lo mueve con Marieta
Cómo están bailando con Marieta
Y mi negra guaranchado con Marieta
Se llama Marieta con Marieta
Esa negra sí que aprieta con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta




En el baile, al menos en México, se sigue el sistema denominado “L.A.”, o sea, se adapta el baile de roncanroll a la salsa. Los sitios de ejecución de salsa son los de baile, y en las academias de bailes de salón, que se encuentran en ciudades medias y grandes. Estas academias de baile tienen en las tradicionales fiestas de quince años un modo de sobrevivencia fundamental, y a partir de ahí se preparan ejecuciones para todas las edades.

En las ciudades de México y Cancún son pilares de la ejecución de la salsa los lugares de nombre Mambo Café (el cual puede estar asociado a plazas comerciales de tipo Mall), Mamá Rumba y Azúcar. En estos establecimientos, la predominancia de la salsa colombiana es notable. Y no es para menos. La calidad y variedad, la estupenda musicalización y poesía coloca a la salsa colombiana como nuevo centro de diversificación musical y de elaboración de lo que podría ser la continuidad de la estirpe original puertorriqueña.

Con todo, la salsa en México es básicamente un ritmo importado de Puerto Rico, Cuba y Colombia primordialmente, con muy reducido aporte a la creatividad en el ámbito de la composición y ejecución de la salsa. La cumbia y la música grupera superan por mucho el relieve que la salsa ha alcanzado en todo el País. No hay diáspora. No encuentro la educación musical ni la raíz necesaria para que pueda efectivamente consolidarse un aporte mexicano a este género y expresión musical y corporal.

Políticamente hablando, el caso de la salsa y de la música cubana tienen trayectorias diferentes. Por un lado la usurpación absoluta del panorama musical local mexicano por parte de los ritmos cubanos, en los años cincuenta del siglo XX, la avasalladora presencia del danzón, mambo, son, y la germinación de la semilla del bolero, que en México se eleva a altitudes previamente insospechadas a través de Los Panchos, Los Tres Diamantes y muchos otros, La cultura local del bolero se hizo casi himno nacional en esos años.

Posteriormente, a partir de los años sesenta y setenta, la salsa, se incorporó a esta corriente, mezclándose en la categoría genérica de “música tropical”. La referencia obligada en México es la Sonora Santanera, la cual después de una larga trayectoria musical, ha visto pasar sus mejores años en el panorama nacional mexicano.

En esta perspectiva, no veo futuro en la manifestación mexicana de la salsa, al menos a corto plazo, y el crecimiento se muestra con tendencia negativa. No tengo números que puedan probar esta percepción, pero el constante crecimiento de otras formas de expresión cultural musical significan el abandono a la propuesta original de la salsa. Quizá las preocupaciones y dilemas planteados por la música grupera (por poner un ejemplo), sean de mayor relevancia y acercamiento popular para la mayoría de los mexicanos. En esa medida, y considerando que no existen preponderancias absolutas de ritmos en particular, y considerando las motivaciones de culturas latinas-sajonas, será interesante observar la evolución y potencial interacción social de pueblos migrantes de origen latino, hacia países de habla inglesa, y las continuas expresiones musicales.

A final de cuentas, la salsa es forma: es el producto de interacciones entre la historia, la religiosidad y de diásporas, la cúspide musical de una trayectoria histórica cargada de injusticias, esclavitud, reclamo, religión, exilio. Todo ello alrededor de una música que a golpes de bongó impone la alegría y felicidad sobre los momentos más siniestros de nuestra propia humanidad. Y eso es fondo.






Notas bibliográficas
Leymarie, Isabelle. 2003. La música cubana. Editorial Océano, S. L. Barcelona, España.96 pp.

Notas musicales y enlaces:
Mariposa: una versión en mp3 se encuentra libremente disponible al visitante en la página de Pedro Luis Ferrer. Es imprescindible escucharla, junto con El Romance de la Niña Mala, otra obra maestra.

Me ha enriquecido la charla con una gran cantidad de personas acerca de la salsa en México. Muchas gracias en especial a Vicente Hernández López por proporcionar su acervo de música salsa jarocha (del puerto de Veracruz y alrededores).







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Acerca de mí

Mi foto
Cancún, Mexico
Escritor y Naturalista. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios en Texas A&M University Campus Kingsville y The University of Florida.